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Viernes, 22 de noviembre 2019, 01:10
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Que la voz de la experiencia es un grado a la hora de explicar de manera sencilla problemas complejos es algo que nadie discute. Si esas voces, además de la experiencia, acumulan el valor añadido de haber estado «ahí» mucho antes de los que hoy se empeñan en el trazo grueso, la expectación está más que asegurada. De nuevo esa necesidad de análisis reunía en Tenerife y en un foro de debate al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y a la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, convocados esta vez en el marco del programa 'El mundo que queremos' de la Fundación CajaCanarias.
La tesis ya la anunciaba poco antes de la charla la periodista Nativel Preciado, que advertía de que la conversación discurriría en torno al diálogo político «y a la política, con mayúsculas». «Nada de políticos, ni de pactos», prometía. Tampoco de esos guiños que regalaban los dos protagonistas hace unos meses en una entrevista de televisión donde Carmena llegó a admitir que, a pesar de las diferencias ideológicas entre ambos, sí votaría a De la Torre. A pesar de que faltaron esas confesiones llenas de chispa, una y otro volvieron a demostrar que tienen muchos puntos de encuentro e incluso química personal; y que a la hora de llegar a acuerdos lo importante no es la sigla «sino la capacidad de dialogar». Lo decía Carmena y asentía De la Torre poco antes de que la exalcaldesa entrara de lleno en su guía para «cuidar» –«sí, digo bien, cuidar»– la democracia. Y lo explicaba: «Formo parte, con Paco, de una generación que trajo la democracia. Pero no basta con traerla, hay que cuidarla: empleo ese término en un sentido que se atribuye mucho a la actitud femenina, que consiste en cuidar como hacer todo lo posible para que el otro viva». Sin embargo, Carmena se mostró abiertamente desesperanzada frente a los (políticos) encargados de hacer crecer y cuidar ese legado: «De hecho, la sociedad civil tiene unos valores morales muy superiores a los de su clase política», lamentaba la exregidora de la capital de España poniendo ejemplos fácilmente reconocibles: «La sociedad civil no tiene voz aunque sí unas condiciones absolutamente democráticas; aguanta una elección tras otra y a unos candidatos absolutamente pueriles con discursos que parecen de los teleñecos. (...) Y además ya vemos normal que mientan».
El hilo al indignado análisis de Carmena lo asumía De la Torre rebajando el tono y aportando su propio consejo para ese 'cuidado': «Hay que querer hacer las cosas muy bien; tener estructuras eficaces, de cercanía y sobre todo poner el interés general por encima de todo». Y apostar por el diálogo, una cualidad que Preciado destacó de partida en ambos políticos y que el alcalde de Málaga explicaba con la metáfora siempre eficaz del camino: «Lo que tenemos que tener muy claro es dónde queremos llegar aunque haya discrepancias en el camino; porque además el diálogo sirve para enriquecer nuestra propia postura». «El cuidado de las formas para proteger el fondo», añadía Carmena a modo de epílogo en este (nuevo) camino que vuelve a cruzarse –y que funciona– con el de su compañero Paco.
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