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Una de las piezas urbanísticas para transformar la fachada litoral oeste de Málaga que todavía no se ha desarrollado es la prevista en el Plan ... General de Ordenación Urbanística (PGOU) para los suelos del entorno de El Bulto, en el que se encuentran la residencia social del Sagrado Corazón (Cottolengo), que gestiona el Obispado, y el albergue municipal de la calle Donoso Cortés. Se trata de un ámbito de unos 47.000 metros cuadrados que está llamado a ser un nuevo sector residencial con capacidad para 261 viviendas, de las que 82 serían de protección oficial.
Hasta ahora no se han dado pasos efectivos para planificar la transformación a la que están llamados estos suelos, una operación que requiere que de forma previa se lleve a cabo el soterramiento de la línea de ferrocarril que va a al puerto, actuación que el Gobierno central ha calificado como «no urgente».
El año pasado, la Gerencia Municipal de Urbanismo activó una contratación para adjudicar a un equipo de arquitectura el diseño de la ordenación urbanística de este espacio. Ese concurso solo recabó una oferta, por parte del estudio Buró4, y el encargo, valorado en algo más de cien mil euros, no llegó a adjudicarse por parte del Ayuntamiento.
Sin embargo, un nuevo horizonte se abre para el efectivo desarrollo de este ámbito. Según ha podido conocer SUR, en días pasados se ha presentado en Urbanismo la propuesta de una empresa (de la que no ha trascendido su identidad) dispuesta a asumir el desarrollo del planeamiento y las obras de reurbanización de estos suelos, asumiendo el papel de 'agente urbanizador'.
Se trata de una nueva figura contemplada en la Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (LISTA) que consiste en que una empresa puede presentar ante el Ayuntamiento una propuesta para asumir la urbanización de un espacio de la ciudad contemplado en el PGOU que esté por desarrollar. Estos privados se ofrecen a asumir la gestión del planeamiento así como las obras de urbanización del sector en cuestión, a cambio de hacerse con parte de los derechos constructivos que poseen los propietarios de la parcela en cuestión. Para ello, se hace una valoración económica que equipare la parte del proyecto que quedaría en manos del nuevo agente, a modo de retribución, con los gastos que le suponen los trabajos para dejar el suelo listo para edificar.
Con esta propuesta sobre la mesa, Urbanismo tiene un mes de plazo para denegarla de forma motivada, o asumirla. En este segundo caso, el Ayuntamiento tiene que convocar un concurso de libre concurrencia para elegir a la empresa que asuma el papel de agente urbanizador del sector en cuestión. A ese concurso puede presentarse tanto la empresa que ha hecho la propuesta como cualquier otra. El papel de agente urbanizador se adjudicará a la cumpla mejor las condiciones establecidas en esa convocatoria, que pueden ser relativas a la reducción de plazos de las obras o de la construcción de viviendas protegidas, entre otras.
Una vez celebrado el concurso y elegido el agente urbanizador, este se convierte en un propietario más y asume la parte del proyecto con un valor equivalente a las obras que se ha comprometido a gestionar y ejecutar para transformar los suelos.
No obstante, los propietarios de los terrenos tienen la posibilidad de presentar alegaciones al desarrollo de este novedoso procedimiento contemplado en la LISTA y que el equipo de gobierno municipal parece dispuesto a poner en marcha de forma pionera en este caso.
Con todo, la transformación urbanística de la zona de El Bulto está rodeada de varias circunstancias que la hacen compleja. Una de ellas es el citado soterramiento de la línea de ferrocarril que va al puerto, pero hay otras. Así, el plan urbanístico para este lugar tendrá que dar respuesta al realojo de los vecinos que habitan las viviendas en malas condiciones que aún perduran, a un posible traslado del albergue municipal a otro punto de la ciudad, y al mantenimiento o reubicación del centro diocesano del Cottolengo, toda una institución en la labor social de la Iglesia malagueña con las personas más desfavorecidas.
La ordenación contemplada en el PGOU prevé su desaparición para abrir una nueva avenida que conecte la calle Ferrocarril del Puerto con el paseo de Antonio Machado. No obstante, la intención del equipo de gobierno es buscar una solución para que este centro social pueda continuar con su labor. Asimismo, en el Plan General se señala que la nueva ordenación «tendrá en cuenta las nuevas condiciones de contorno que categorizan este lugar de relevante nueva centralidad en la estructura urbana, como fachada y frente de la nueva entrada al puerto, futuro Auditorio de la Música y puerto deportivo de San Andrés». Además, abre la posibilidad de que pueda plantearse la construcción de un edificio «de singular altura para usos administrativos, hoteleros o terciarios».
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