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Agentes de la Policía Nacional trasladan a uno de los arrestados en la operación. SUR

Uno de los detenidos por la trama del puerto es el presidente del comité de empresa de los estibadores

También han sido arrestrados dos gruistas y un empleado de mantenimiento

Sábado, 10 de agosto 2019, 01:12

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Tenían ilusión en el proyecto. «Soñaban» con abrir una nueva vía de entrada de cocaína en Europa a través de Málaga, una ruta hasta ahora inhóspita para los narcos, acostumbrados a frecuentar otros puertos como Algeciras, Valencia o Barcelona. Pero el sueño acabó en pesadilla y la Policía Nacional, que escuchaba sus conversaciones, les cerró la puerta antes incluso de que llegaran a abrirla.

La investigación, en la que han trabajado codo con codo funcionarios de la Udyco Central (Greco), la Udyco-Costa del Sol y Vigilancia Aduanera, ha impedido que prosperaran los planes de negocio de una incipiente organización de narcotraficantes en la que, según las pesquisas, habría cuatro trabajadores del puerto involucrados. Todos ellos han sido detenidos, junto a otras cuatro personas con muy distinto peso en la trama.

Para los agentes, la sorpresa fue identificar a uno de los empleados del puerto arrestados por el cargo y la jerarquía que ocupa entre los trabajadores. Se trata del presidente del comité de empresa de la Sociedad de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep) de Málaga, según confirmaron fuentes próximas a la investigación, que indicaron que la jueza lo ha enviado a prisión por estos hechos. Otros dos arrestados son gruistas y el cuarto, un empleado de mantenimiento.

Junto a estos cuatro trabajadores, los agentes han arrestado a un ciudadano armenio como supuesto cabecilla de la red; así como a un individuo brasileño que al parecer habría actuado como intermediario con los proveedores en Sudamérica, y por último a un español que frecuentaba el mundo del boxeo y los gimnasios y que habría puesto en contacto a los anteriores con los empleados del puerto detenidos.

En la operación, bautizada con el nombre de 'Aladin', se han incautado de ocho kilos de cocaína que la organización había mandado desde Sudamérica como primer envío de prueba mediante la modalidad del 'gancho ciego', un método que requiere la complicidad de trabajadores infieles y que consiste básicamente en que, una vez revisados los contenedores por Aduanas, estos empleados vuelven a abrirlos, introducen la mercancía y le colocan precintos prácticamente idénticos a los originales.

Zulo hallado en la finca de uno de los detenidos.
Zulo hallado en la finca de uno de los detenidos. SUR

En esta ocasión, el cargamento fue retirado el pasado mes de julio del interior de un contenedor registrado en el Puerto de Valencia. El envío tenía como destino final el Puerto de Málaga, lugar donde la organización intentó sin éxito extraer la mercancía ilícita, según ha informado la Dirección General de la Policía mediante un comunicado. 

Los policías descubrieron que una organización estaba intentando abrir una nueva vía de entrada de cocaína en España. Para lograrlo habían mantenido contactos, desde finales de 2018 (la investigación comenzó en octubre), con trabajadores del Puerto de Málaga, quienes presuntamente se habrían mostrado dispuestos a colaborar en su objetivo.

El pasado mes de junio de 2019 los investigadores coordinaron sus esfuerzos para detectar la partida de los posibles contenedores que pudieran transportar la cocaína que los miembros de la organización habrían introducido en Brasil, utilizando el método del 'gancho ciego', con destino final al Puerto de Málaga. 

Así se identificó una partida de 12 contenedores que tenían su origen en el puerto brasileño de Santos y que se encontraban en Valencia a la espera de ser trasladados en otro barco hasta su destino final en Málaga. El precinto de uno de los envíos no coincidía con el que figuraba en el conocimiento de embarque procedente del Puerto de Salvador (Brasil). Tras su apertura se observó una bolsa en cuyo interior había ocho paquetes, envueltos en cinta adhesiva, que ocultaban un total de ocho kilos de cocaína. 

Teléfonos encriptados

La organización estaba perfectamente estructurada –usaban medidas extremas de seguridad, como teléfonos encriptados– para llevar a cabo todas las tareas necesarias que les permitirían abrir una nueva vía de entrada habitual de cocaína en España a través del Puerto de Málaga, hasta el momento al margen de los circuitos más habituales utilizados por los cárteles de la droga, como son los de Algeciras o Valencia. 

En el transcurso de las pesquisas se pudo determinar que el ciudadano armenio también se dedicaba al cultivo de marihuana y tenía una plantación en una zona de campo cercana a Cártama. Los investigadores establecieron un dispositivo de vigilancia en el entorno de su vivienda y observaron cómo un camión con matrícula alemana cargaba diversos enseres, antes de partir rumbo a Francia. 

Ante la posibilidad de que transportase sustancias estupefacientes, y para no perjudicar la investigación sobre el tráfico de cocaína que ya estaba abierta, se contactó con los agentes franceses para que interceptasen el mencionado vehículo. El camión fue registrado en el peaje de Benesse Maremne, y en su interior se localizaron 37 kilos de marihuana.

Conmoción en la comunidad portuaria ante los arrestos

La noticia de la detención ha supuesto una conmoción en la comunidad portuaria de Málaga y de otros puertos andaluces, donde algunos de los implicados eran personas muy conocidas y respetadas, especialmente en el mundo de la estiba, pero también entre los transportistas y empresas consignatarias y logísticas. Y ello en un momento especialmente próspero para la rada malagueña, con fuertes aumentos del tráfico de contenedores y de graneles, un repunte de la actividad que está llevando a algunos de los responsables de la carga y descarga de los buques a lograr ingresos superiores a los 6.000 euros mensuales.

El tráfico de contenedores y de coches nuevos, que son dos de las actividades que más empleos logísticos generan, hacen que el Puerto viva su mejor momento en años. Según el balance del primer semestre, facilitado por la Autoridad Portuaria, el movimiento de contenedores ha crecido hasta las 777.671 toneladas, lo que supone un aumento del 191,9% en relación al primer semestre de 2018. Precisamente, este factor está entre los que ha motivado el intento de introducir droga con más facilidad, camuflado entre cientos de containers que a diario entran y salen de estas instalaciones. Tradicionalmente, el de Málaga no está considerado uno de los principales puertos de entrada de cocaína, como sí sucede en Algeciras, Valencia o Barcelona.

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