El Covid-19 trunca un «extraordinario» inicio del año en Málaga en donaciones y trasplantes

El coordinador de trasplantes del sector Málaga, Domingo Daga, a preguntas de este periódico, lamentó el impacto que el Covid-19 ha tenido en el normal desarrollo de las donaciones y de los implantes de órganos y tejidos tras un comienzo de año muy bueno. El coronavirus ha limitado considerablemente la actividad trasplantadora del sector Málaga. Entre el 13 de marzo y el 20 de mayo se llevaron a cabo en el Hospital Regional (antiguo Carlos Haya) 12 trasplantes, de los que siete fueron de riñón y cinco de hígado. En el citado periodo hubo en todo el sector ocho donantes de órganos y cuatro de tejidos.

Además de la docena de implantes que se hicieron en esos casi dos meses en el Hospital Regional, se enviaron fuera de Málaga seis órganos (dos hígados y cuatro riñones) para que los recibieran pacientes que los necesitaban con urgencia. Uno de los hígados se mandó a la ciudad portuguesa de Oporto y se trasplantó a un enfermo que estaba en código cero debido a la gravedad de su estado de salud.

Todo lo relacionado con la donación y los trasplantes se ha tenido que adaptar a la situación impuesta por la pandemia. Dos han sido los motivos fundamentales por los que se ha registrado un notable descenso de la actividad trasplantadora. Por un lado, hay que citar la falta de camas de cuidados intensivos, ya que las UCI estaban desbordadas por el incremento de enfermos con una infección provocada por el SARS-CoV-2. Al estar las camas de UCI llenas con afectados por coronavirus, no había plazas libres para personas que tendrían que haberse sometido a un implante de órganos. Eso hizo que los trasplantes bajaran y se limitaran a las urgencias cero, que son casos de vida o muerte que no pueden ser pospuestos.

Por otro lado, se han reducido las intervenciones de implantes de órganos para garantizar la seguridad de los pacientes ante el riesgo de que, en caso de contraer el coronavirus, su estado de salud se agravase. La terapia inmunosupresora que se da a esos enfermos para que su cuerpo no rechace el órgano recibido los hace muy vulnerables, por lo que es clave evitarles infecciones.

Los implantes que sí se han llevado a cabo han sido los que necesitaban enfermos renales hiperinmunizados, que, por sus características, hay que trasplantar cuando surge un donante compatible. Esos pacientes tienen prioridad máxima por las dificultades que hay de encontrar el riñón que necesitan.

Ahora, una vez que los casos de Covid-19 han experimentado una gran disminución y las unidades de cuidados intensivos disponen de camas libres y se han liberado de la fuerte presión asistencia que soportaban, la actividad trasplantadora recupera su normalidad poco a poco.

La pandemia también ha repercutido negativamente en el del Día Nacional de Donante, que se celebra el primer miércoles de junio. Este año no se hará el tradicional acto que tiene como punto de encuentro la plaza de la Solidaria ante el monumento al donante, en el que participan trasplantados, familiares de donantes y profesionales sanitarios. Aunque esa concentración solidaria no se podrá realizar para evitar contagios, se mantiene la importancia de la donación como modo de salvar vidas.