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«Málaga capital, zona Nuevo San Andres-Dos Hermanas. ¡Muy importante! Este anuncio es única y exclusivamente para inversores en inmuebles ocupados. El activo se encuentra con inquiokupa, contrato de alquiler en vigor pero con deuda, y por tanto no es hipotecable. Solo para compra con fondos propios. No es posible realizar visitas». Este es un ejemplo de un anuncio cada vez más habitual en las páginas inmobiliarias.
Si la oferta de viviendas asequibles no está ya lo bastante mermada, hay un factor que hasta ahora apenas se tenía en cuenta en los estudios y que reduce aún más la disponibilidad de pisos baratos. Idealista, que es uno de los portales más utilizados, acaba de implementar una nueva etiqueta, destinada a mejorar la información de los usuarios y evitar la frustración ante un presunto chollo.
Debajo del precio y de los metros cuadrados, ahora en muchos anuncios aparece la leyenda: «Ocupada ilegalmente». SUR ha contado, uno a uno, los anuncios de inmuebles que se pueden considerar accesibles para una mayoría, de menos de 200.000 euros, en la provincia. Y las cifras son cuando menos llamativas. Especialmente en la capital, donde aparecen 589 anuncios de este tipo. Pues bien, de estos, 107 están okupados, lo que supone el 18,2%.
Lo que es lo mismo: casi uno de cada cinco pisos de ese precio en la ciudad se venden con moradores ilegales. Esta situación no es exclusiva de algunos barrios (aunque sí es más habitual en zonas como Palma-Palmilla, San Andrés, Dos Hermanas y Trinidad); pero está extendida prácticamente por todos los distritos.
Cuando se amplía el ámbito de estudio a toda la provincia, el dato se reduce mucho: sobre 5.678 anuncios, 225 están okupados, lo que supone un 4%. Además, del cruce de las dos cifras se desprende que la mitad de los pisos en venta con moradores ilegales está en la ciudad de Málaga. Por detrás de esta, destacan Vélez-Málaga, Mijas, Manilva y Fuengirola; aunque aparecen casos en 24 de los 103 municipios, incluso en pueblos pequeños del interior.
El estudio tiene un sesgo, puesto que está hecho sobre los anuncios totales, y en muchas ocasiones varias inmobiliarias ofrecen a la venta el mismo inmueble. Pero permite hacerse una idea del alcance de este problema y de sus repercusiones sobre el mercado inmobiliario, ya que estos activos no están al alcance de la mayoría de los ciudadanos particulares que buscan un hogar, ya que estos no se pueden hipotecar, sino que se compran al contado. Sus clientes son principalmente inversores profesionales, que aprovechan descuentos medios del 30%, a cambio de asumir esta circunstancia.
Tampoco es una opción si lo que se necesita es entrar a vivir a corto plazo, ya que se tarda varios meses en conseguir la plena disponibilidad del mismo (en función de la vía que el propietario siga para el desalojo, y con costes extra). A lo que habrá que añadir las reformas, casi siempre necesarias.
Desde el portal inmobiliario Idealista destacan que este paso supone una mejora en la información de los usuarios, con nuevas etiquetas que ayudan a afinar en las búsquedas al primer vistazo, tales como «edificio», «inmueble alquilado» o «nuda propiedad» (la titularidad sobre el bien en cuestión, pero sin derecho de uso o disfrute del mismo).
Entre las inmobiliarias, la proliferación de propiedades que salen a la venta con ocupantes ilegales es un secreto a voces. Tanto, que estas admiten que la oferta de este tipo es mayor que la que se anuncia, ya que muchas no se ofrecen abiertamente en internet por cuestiones de imagen. El empresario Jorge García Leiva es el propietario de la agencia Geslawbrokers, con sede en Mijas, y también dirige la oficina de Solvia en este municipio. Actualmente, son 20 empleados y el año pasado intermediaron en más de 300 operaciones. De estas, casi un centenar eran viviendas okupadas. «Realmente, hay más casos de los que se ven. Hay muchas viviendas que no están publicadas por riesgo de reputación, y se venden directamente en las agencias».
La propiedad suele estar en manos de fondos de inversión y bancos. «Es brutal la cantidad de viviendas que están okupadas, la gente no es consciente», añade. Tanto es así que este ya es un producto en sí mismo. «Todos los meses vendemos unas cuantas, hay mucha demanda». García Leiva pone el ejemplo de un inversor madrileño que ha comprado 17.
Esta situación no es exclusiva de barrios humildes, sino que se pueden encontrar desde pisos por 50.000 euros a mansiones de uno a dos millones. «Ocurre en todas partes, en la capital, en la Costa y en la Axarquía, está muy extendido». «Es un nicho para los inversores porque los precios no son tan altos», y el descuento medio ronda el 30%.
En cuanto al perfil de los moradores de estas casas, suelen ser «especialistas, que están muy preparados»: «Las okupan para que venga alguien y les ofrezca dinero por irse, así son casi todos los casos, en función del valor de la vivienda consiguen sacar más o menos dinero». El pago se tramita de forma legal, y se hace en concepto de indemnización por recuperación de la posesión.
María, que es agente de la propiedad inmobiliaria de la firma Commerzia, coincide en cuanto a la proliferación de estas prácticas. «Hay muchísimo producto de este tipo porque no hay una ley que lo regule, y actúan con impunidad o alegan vulnerabilidad. Es un campo abierto y legalmente no hay manera de echarlos».
Ante la escasez de viviendas asequibles, hay particulares que también están comprando, y luego negocian con el okupa para que se marche. «Hay mucha gente en busca de viviendas más baratas y muy poca oferta, así que estas se ofrecen y se venden cada vez más».
En cuanto a la oferta de inmuebles okupados, aunque todavía no tienen una estadística desarrollada, en una primera aproximación estiman que en Málaga capital el 3% de los anuncios son de este tipo. La principal diferencia con el estudio elaborado por SUR –que ha dado lugar a este artículo– es que Idealista tiene en cuenta las 4.059 ofertas de viviendas que en total hay en la ciudad, de todos los precios; mientras que este periódico ha puesto el foco sobre los pisos más asequibles para la gran mayoría (de hasta 200.000 euros).
Con todo, en la provincia también es posible encontrar chalets de lujo que salen a la venta con okupas, inquiokupas y otras formas de nuda propiedad, con precios incluso por encima de un millón de euros.
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Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
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