El centenario de un edificio ganado al mar

Hay fotos de finales del XIX en las que La Coracha está bañada por el mar. Es precisamente en esos terrenos hurtados al Alborán, donde el sobrino de Eduardo Strachan, Fernando Guerrero Strachan, levantaría junto a Rivera Vera el actual Ayuntamiento; y sería su hijo, Guerrero-Strachan Rosado el que finalizaría los jardines de Puerta Oscura. Toda una saga de arquitectos a la que la Málaga actual le debe mucho de su fisonomía y de su historia. En la operación también puso su granito de arena el insigne presidente en la Restauración, el malagueño Cánovas del Castillo, que propició que los terrenos, tras la costosa obra, se regalaran a la ciudad para construir el Parque. Detrás vendría el Ayuntamiento de Málaga, que para ser justos con la historia y con sus personajes lo bautizaría varias décadas después como la conocemos, Casona del Parque, el fallecido Francisco Cortés, Pacurrón.

El inmueble, que está en la poco conocida avenida de Cervantes, comenzó a construirse en 1911 cuando era alcalde de Málaga Ricardo Albert Pomata, y se finalizó en 1919, siendo inaugurado por la Corporación del regidor Manuel Romero Raggio. Precisamente, estos días se ha estado dando lustre a las lápidas de mármol conmemorativas, y uno de los primeros detalles a destacar es que el 11 de abril de 1919 había ni más ni menos que 38 concejales contando al alcalde, es decir siete más que ahora, y dos señores que eran regidores síndicos.

Pero volviendo al edificio, los expertos lo han definido de muchas formas por su mezcla de estilos. Ni que decir tiene que, pese al paso de los años y las escasas restauraciones, mantiene su porte noble. Desde el simple ecléctico para aquellos que no quieren entrar en profundidades a los que lo valoran y sitúan preferentemente en el estilo neoclásico con planta cuadrada. Se impregna también del estilo colonial por sus columnas; y del estilo modernista del salón de los Espejos. Es reseñable que en la fachada principal las figuras del friso fueron realizadas por el escultor antequerano Francisco Palma (el padre del famoso imaginero Palma de Burgos), donde representó a la arquitectura, la marina, la industria y el comercio, y entre ellos a una matrona que es Málaga, y a sus pies un hombre caído, con una cadena rota en las manos. En esta figuración, Palma quería dar vida a los lemas del escudo de la ciudad, 'muy hospitalaria' y 'la primera en el peligro de la libertad'.

El edificio, como cualquier construcción en Málaga, tendría sus problemas. La poco querida Gerencia de Urbanismo se ve que tenía ya sus antecedentes en la época, y como explican, citando a Manuel Olmedo, el ya fallecido Antonio Garrido y María Pepa Lara García, en el volumen 'Las casas consistoriales de Málaga', los primeros problemas surgieron cuando no se expidió la primera certificación del inmueble porque el arquitecto municipal pretendía tener la dirección de las obras sobre Guerrero Strachan y Rivera Vera. Finalmente, intercedía la Sociedad Central de Arquitectos (el colegio profesional) y le daba la razón a los dos autores, quitándosela al funcionario, que acabó siendo destituido de su puesto a causa del incidente. Anécdotas no hubo pocas, y surgiría otro conflicto con un grupo de escultores, que querían que saliese la obra a concurso. Finalmente Guerrero Strachan se negó explicando que en el pliego de condiciones era competencia de los arquitectos la elección de los artistas, como cuentan Garrido y Lara García. Así que en la construcción de la Casona ya hubo un cierto meneo institucional.

Sería el escultor García Carreras el que realizara los relieves de las dos fachadas laterales así como los leones y jarrones de la escalinata principal. Entre los salones nobles, el de los Espejos, que tiene un toque veneciano y está decorado con personajes de renombre de la historia de la ciudad. El de mayor relevancia política, el salón de plenos, que se completa en el pasillo con la llamada galería de alcaldes. Precisamente, desde que lo inauguró Romero Raggio han tomado en él la vara de mando un total de 31 regidores, lo que vienen siendo muchos para 100 años. A una media de unos tres años por alcalde huelga decir que Francisco de la Torre, con 19 a sus espaldas, hoy por hoy se lleva la palma.