Catamaranes impulsados por energía solar para navegar por la bahía de Málaga
El marino malagueño Dionisio Mendiola crea una empresa de chárters en barcos que no contaminan y que salen desde El Palo
El marino malagueño e ingeniero naval Dionisio Mendiola saltó a los medios a finales del año pasado, a raíz de protagonizar una hazaña náutica: navegar ... a bordo de su pequeño velero la distancia desde Oslo, donde vivía entonces, hasta el puerto de El Candado. Ya establecido de nuevo en Málaga, el joven emprendedor ha unido dos de sus grandes pasiones: el mar y la conservación de la naturaleza, con un nuevo proyecto. Se trata de ofrecer chárter náuticos a bordo de catamaranes para hacer paseos por la Bahía, sólo que, al contrario de los habituales, sus barcos no contaminan nada.
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Aunque sean de vela, como es el caso, las embarcaciones a partir de cierta eslora siempre están equipados con un motor complementario, por seguridad en el mar y para las maniobras. La novedad en este caso es que los propulsores son eléctricos, y además captan la electricidad de unas placas solares fotovoltaicas instaladas en la popa.
La iniciativa se llama 'La bella verde' y arrancó en Ibiza hace años, cuando un amigo de Mendiola transformó un catamarán convencional a eléctrico de autoconsumo. «Entonces, la gente no era tan consciente de la contaminación y lo tomaron por loco, pero al final ha tenido mucho éxito». La autonomía depende del sol (y de la nubosidad) porque la capacidad de recarga de las baterías va en función de los cielos. Pero en un día soleado, a medio gas, prácticamente no se produce consumo eléctrico (por el saldo entre el nivel de la recarga y el gasto energético). En el peor de los casos, en días nublados, tienen hasta seis horas de autonomía de navegación.
De ahí que el joven emprendedor, junto con su socio, Pedro Navarro, haya visto la oportunidad de traer a Málaga la experiencia, y ha fletado dos de estas embarcaciones, con base en El Palo, frente al chiringuito Lulú Playa, donde también tienen un punto de información. «A la gente le encanta poder disfrutar del mar sin contaminar», comenta. Él mismo, junto con dos profesionales más, se turnan habitualmente para patronarlos en las salidas.
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El servicio ha tenido una gran acogida y ya tiene todos los fines de semana reservados, aunque hay hueco de lunes a viernes
Los barcos se llaman Nalú y Ninja y tienen ocho metros de eslora, con los que hacen salidas generalmente de tres a cuatro horas, con grupos de amigos, familias y estudiantes (hasta 12 personas) para conocer el mar. Para embarcar, se apoyan en otra empresa local, el centro de deportes acuáticos 'Kayak and Bike de Dino', que acerca a los pasajeros hasta los barcos fondeados en el mar con su zodiac.
Lleno los fines de semana
El servicio ha tenido una gran acogida. «Ya tenemos todos los fines de semana del verano reservados», aunque de lunes a viernes todavía hay huecos. Otra opción que está teniendo una buena acogida son las actividades a bordo para acercar la navegación a los niños y a personas con discapacidad. También están organizando jornadas de recogida de plásticos con los barcos: «Vamos con gente voluntaria a pasar el día a alguna playa y la limpiamos, para colaborar con el planeta».
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«Málaga necesita este tipo de servicios; sólo tenemos dos puertos deportivos y son muy pequeños, hasta que venga el de San Andrés», concluye Mendiola. Hay muy poca oferta, pero la gente está deseando salir al mar y pasar una jornada navegando».
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