Aspecto que presenta actualmente la muralla que se desmoronó de improviso. MIGUE FERNÁNDEZ

Gibralfaro: El muro de la vergüenza cumple tres años sin reparación

El derrumbe de un tramo de la muralla norte del castillo sigue esperando que la Consejería de Cultura autorice al Ayuntamiento la reconstrucción

Jesús Hinojosa

Málaga

Miércoles, 24 de noviembre 2021

¿Qué hace falta para que se pueda reparar de una vez por todas el tramo de la muralla norte del castillo de Gibralfaro que ... se desmoronó de improviso el 24 de noviembre de 2018? Es la pregunta que se hacen muchos malagueños y visitantes que no se explican cómo es posible que, tres años después de que aconteciera este triste suceso para el patrimonio de Málaga, todavía no haya sido arreglado. Detrás de esta incomprensible demora se encuentra, una vez más, el desencuentro entre los técnicos de la Consejería de Cultura y los de la Gerencia Municipal de Urbanismo, que todavía no ha podido recabar de la Junta la autorización necesaria para emprender la reconstrucción del muro, que se encuentra apuntalado por una estructura metálica.

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El Ayuntamiento solicitó permiso para ello en abril del año 2019 pero, tras un cruce de informes entre una y otra administración, la Junta exigió en agosto de ese año que antes se llevaran a cabo una serie de estudios previos sobre la composición de la muralla que permitan concretar mejor las técnicas y los métodos para la reconstrucción de la zona caída.

En septiembre de 2019, Urbanismo pidió a Cultura poder realizar al mismo tiempo esos estudios y la reparación de la muralla, al estar cerca la temporada de lluvias. Sin embargo, la Junta rechazó en octubre de ese año esa posibilidad e insistió en la necesidad de acometer un análisis previo para definir las líneas estratégicas de la reparación.

En abril de 2020, el Ayuntamiento pidió a Cultura el permiso para realizar una actividad arqueológica en el marco de esos estudios previos, acción que fue autorizada en agosto del año pasado. Ya en 2021, el pasado mes de marzo, Urbanismo entregó a la Junta la memoria de los resultados de la investigación sobre el muro. Y pocos días después, también en marzo, la administración regional pidió que se modificara el proyecto de intervención sobre la muralla en función de los resultados de la actividad arqueológica que se llevó a cabo.

Últimos reparos

El pasado mes de agosto, el Consistorio volvió a remitir una nueva documentación técnica revisada sobre el proyecto de reparación de la muralla solicitado en 2019, y el pasado día 15 de noviembre, la delegación de la Consejería de Cultura emitió un nuevo informe en el que volvió a poner reparos a la actuación diseñada por Urbanismo. En concreto, señala que no puede afectar a las partes originales de la muralla nazarí y de sus reformas en la época moderna. Asimismo, solicita que se disponga un tratamiento que sirva para separar y diferenciar la zona reconstruida de la primitiva. El Ayuntamiento ha contestado a este nuevo reparo con un informe en el que argumenta que resulta imposible técnicamente dar cumplimiento a algunas de las directrices planteadas por Cultura, ya que comprometen la estabilidad de la muralla.

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En definitiva, un ir y venir de informes y contrainformes que se prolonga ya tres años y que mantiene bloqueada la rehabilitación del lienzo de muralla del castillo de Gibralfaro que se vino abajo en 2018, lo que puso en evidencia la necesidad de acometer una puesta en valor y un plan de restauración completo del monumento que sigue sin llegar. Por lo pronto, lo que más urge es el arreglo de la zona caída, que ocasionó una oquedad con una longitud de 14,89 metros y 7,30 metros de altura. Un agujero casi tan grande como el abismo que parece separar los criterios técnicos de la Junta y el Ayuntamiento.

Aspecto del derrumbe que se registró hace tres años en la muralla norte de Gibralfaro. SUR
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