El cambio climático aumentará las olas de calor hasta los 12 días seguidos en una década

«El caso de Málaga capital llama mucho la atención», comenta Salvo, que ha hecho las proyecciones teniendo en cuenta si siguen las emisiones o aumentan, en tres escenarios temporales: 2030, 2050 y 2100. «Las lluvias siguen erráticas, la humedad similar, pero hay tres variables que se disparan». Se trata del número de días de las olas de calor (episodios continuados de altas temperaturas); las temperaturas mínimas superiores a los 20 grados y las noches tropicales. «Son aspectos preocupantes porque inciden en la salud humana, por la falta de descanso, entre otros factores».

En la capital malagueña, sobre un supuesto de 'status quo', en el escenario de que sigan las mismas emisiones, para 2030 se esperan temperaturas mínimas diarias superiores a 20 grados de hasta 40 jornadas al año; el número de noches tropicales será de 57 y las olas de calor alcanzarán una duración de 12 días consecutivos.

Para 2050, sobre las mismas variables serán 46 días con mínimas altas, 65 noches en las que será difícil conciliar el sueño (prácticamente, todo el verano) y olas de calor de hasta 15 días. «Serán dos meses con temperaturas insoportables». Los pronósticos coinciden con otro elemento que el profesor ya ha estudiado con anterioridad, en cuanto al hecho de que Málaga tendrá las condiciones de habitabilidad de ciudades como Orán (Argelia) y otras del norte de África.

Lo peor ocurrirá si siguen aumentando los gases con efecto invernadero: En este supuesto, para 2050 se pueden alcanzar hasta 86 noches cálidas y 24 días seguidos con el mercurio disparado. «Málaga no es agresora (porque tiene un bajo nivel de emisiones, en comparación con otras zonas) pero sí va a a ser una agredida muy importante, y todo ello va a incidir en la economía y a nivel turístico».

En cuanto a las lluvias, aunque considera que el nivel de precipitación será similar, en línea con la variabilidad del clima mediterráneo, estas cada vez serán más torrenciales (como de hecho ya se observa, a tenor de lo ocurrido recientemente con la borrasca Gloria), con mucha precipitación de golpe en pocas horas, pero que se perderá por la fuerte evaporación a causa del calor. Para combatirlo, Enrique Salvo propone acudir a las «soluciones basadas en la naturaleza», entre las que destaca, como primera acción, la necesidad de reforestar la ciudad y su entorno para paliar estas variables, en línea con lo que prevé el plan Alicia de lucha contra el cambio climático del OMAU.