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El paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso, a media mañana. FOTO: SALVADOR SALAS | VÍDEO: PEDRO J. QUERO

Cosas que se han hecho bien y mal en la primera jornada de deporte y paseo en Málaga

Salvo excepciones, los ciudadanos respetan las distancias de seguridad y las franjas horarias estipuladas por el Gobierno

Sábado, 2 de mayo 2020, 14:24

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«La gente está siendo muy civilizada y está cumpliendo las normas de seguridad, aunque hay momentos en los que la distancia es menor a dos metros. Parece que tenemos un imán y nos repelemos», afirma José María, uno de los muchos malagueños que han salido esta mañana a pasear por el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso.

Sin duda uno de los lugares más concurridos de la capital en este primer día en que los mayores de 14 años han podido salir a pasear y hacer deporte.

No obstante, la Policía Local no ha dejado de insistir por megafonía en la importancia de cumplir con la distancia de seguridad, sobre todo en el tramo comprendido entre el restaurante Antonio Martín y el balneario, donde el tráfico ha estado cortado para evitar aglomeraciones en el paseo marítimo. Sin embargo, eran más de las ocho de la mañana y los coches seguían pasando. A esa hora, ya había centenares de corredores, ciclistas y personas paseando por este entorno sin más espacio para desplazarse que las aceras. En la mayoría de los casos, la movilidad se ha hecho de forma ordenada, uno detrás de otro y manteniendo las distancias de seguridad, aunque a medida que avanzaba la mañana y la concentración de personas era mayor, era más difícil respetar las normas a rajatabla. Y aunque se veía la intención de mantener los metros de seguridad (dos entre personas; diez para corredores), cuando dos 'runners' se cruzaban en distintos sentidos se cruzaban, el ancho de los paseos marítimos y la afluencia de gente hacía casi imposible mantener lateralmente dos metros de distancia. Es más, en algunos casos, casi se rozaban.

Pero en otras ocasiones, la actividad deportiva no se ha practicado de forma individual y se han visto quedadas de ciclistas para hacer la ruta juntos, incluso de coger el coche para desplazarse al punto de quedada, pese a estar prohibido. También ha habido deportistas, en algunos casos dos y, en otras, hasta tres, que corrían y charlaban a la vez, aunque han sido casos muy puntuales.

Muchas personas han preferido pasear por la playa. Este es el caso de Pepe Pérez, de 74 años, que ha bajado a la playa de La Malagueta dispuesto a bañarse. «Venía incluso con el gorro de baño pensando que me podía bañar, pero la Policía nos ha informado que no puedes ser», ha señalado Pérez. El baño no está permitido, pero nadar, bucear (no pesca submarina) y otros deportes acuáticos, siempre que se practiquen de forma individual, sí están autorizados, según ha aclarado a este periódico distintos cuerpos policiales consultados. «Si el ministro de Sanidad aclaró que sí se podía hacer surf y el BOE no recoge cuáles son específicamente las actividades que se pueden hacer, sería una incongruencia que el nado deportivo no estuviera autorizado», recalcan.

A pesar de todo, la Policía Nacional ha tenido que llamar la atención a una mujer que estaba nadando con un traje de neopreno, pero sin llegar a sancionarla.

Ana, que vive en la zona, reconoce que se ha pensado bajar a pasear porque desde la terraza estaba viendo «mogollón de gente. Un domingo de agosto al mediodía no hay tanta gente como hoy». Al final, ha salido minutos antes de las 10 horas, cuando ha visto que mucha gente que estaba paseando ya se estaba retirando. Y es que el cambio de horario que autoriza a pasear a los mayores de 70 años se ha realizado con absoluta normalidad. Faltaban diez minutos para que dieran las diez de la mañana cuando la gente empezó a retirarse. En cuestión de minutos, los paseos marítimos estaban casi desiertos.

Salvo algunos ciclistas y corredores rezagados, a las 10.05 horas la calle estaba disponible para los mayores. Y es que pese a tener reservado exclusivamente para ellos el tramo horario entre 10 y 12 de la mañana y entre 7 y 8 de la tarde, se ha podido ver a alguna abuela con su nieto pequeño sentados en un banco, incluso, una pareja con su hijo pequeño en la orilla del mar, mientras por delante de ellos paseaban varias personas mayores.

El comportamiento de este colectivo ha sido ejemplar, salvo excepciones, ya que a las seis de la mañana una mujer de 83 años reconocía a este periódico que no era el tramo que le correspondía para salir a andar, «pero tengo la tensión muy baja y el calor no me sienta bien; por la tarde, no me gusta», se excusaba.

También en el paseo marítimo de Huelin, la Policía Local ha disuelto a un pequeño grupo de jóvenes que estaban jugando a la pelota sin más consecuencias.

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