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Urbanismo ha planteado una hilera de árboles y bancos en la acera norte y aparcamientos en la sur para que el tráfico no invada los espacios peatonales. SUR
El Ayuntamiento da por cerrado el proyecto de Carretería sin un consenso vecinal pleno

El Ayuntamiento da por cerrado el proyecto de Carretería sin un consenso vecinal pleno

Algunos colectivos rechazan que aceras y calzadas queden al mismo nivel y otros sí aprueban este planteamiento

Jesús Hinojosa

Málaga

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Jueves, 19 de septiembre 2019, 20:39

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La sede del distrito Centro ha acogido este jueves la sexta y última reunión entre técnicos municipales y representantes vecinales del corazón de la ciudad para abordar el diseño del proyecto para potenciar el uso peatonal del eje de las calles Carretería y Álamos. Tras este encuentro, el equipo de gobierno prevé dar por cerrada la propuesta planificada por la Gerencia Municipal de Urbanismo pese a que no cuenta con un consenso vecinal pleno. Así ha vuelto ha quedar de manifiesto respecto a que el Consistorio prevé dejar aceras y calzadas a un mismo nivel, un asunto que rechazan de plano algunos colectivos vecinales y que, en cambio, sí es bien recibido por otros.

En contra de este planteamiento está la asociación de vecinos Casco Antiguo y la que agrupa a los comerciantes de la calle Andrés Pérez, y a favor el colectivo Málaga Centro Vecinos y el de Arrabal de Fontanalla. Sus representantes han vuelto a hacer valer sus respectivos argumentos. Los que están en contra creen que ello va a favorecer que los espacios para los peatones sean ocupados por los vehículos de la carga y descarga. Sin embargo, desde Urbanismo argumentan que han dispuesto en la acera norte de Carretería (la más próxima al Guadalmedina) una hilera de bancos y árboles que van a impedir que los coches ocupen la acera, que será más ancha (al menos tendrá 1,8 metros) al reducirse la calzada central a un carril de unos tres metros.

En el caso de la acera sur, proponen delimitar la circulación con una banda para albergar los aparcamientos para residentes (que se reducen a 25 plazas) y los de carga y descarga, que se amplían de 60 a 90 metros lineales, junto con otros usos como paradas de transporte públicos y plazas para bicicletas. En las intersecciones de calles, se colocarán elementos del mobiliario urbano para impedir el estacionamiento incontrolado de vehículos.

En cambio, en el tramo de la calle Álamos, debido a su estrechez, no será posible trazar esas bandas de protección para las aceras, que solo tendrían cabida en su primer tramo. En este caso, la calzada se reduce a una anchura de 2,5 metros para liberar más espacio para el peatón.

Alejandro Villén, de la asociación Casco Antiguo, ha mostrado una recreación del proyecto para Álamos en la que ha plasmado camiones estacionados sobre las aceras y ocupando parte de la calzada. «Esto es lo que vamos a ver con una calzada y aceras al mismo nivel», ha criticado. Por su parte, Pedro Marín, responsable de Programas Europeos del Ayuntamiento (el proyecto de Carretería y Álamos se va a financiar con fondos de Bruselas), le ha respondido que los camiones invadirían ese espacio con o sin aceras a otro nivel, y ha destacado los esfuerzos realizados por los técnicos de Urbanismo para adaptar el proyecto a las exigencias de los vecinos y a sus críticas respecto a la plataforma única. El Ayuntamiento la planteó en sus bocetos iniciales para Carretería y Álamos pero luego la suprimió, para volver a contemplarla de nuevo tras las críticas de las cofradías.

Reducción del tráfico

Marín ha recordado que el tráfico en todo el eje va a quedar limitado a residentes, carga y descarga, transporte público y usuarios de los aparcamientos de la zona. «Por aquí no va a pasar ni el 20% de los coches que circulan ahora«, ha subrayado. Asimismo, ha admitido que aún resta un año para que las obras puedan iniciarse, ya que el proyecto debe ser aprobado en primer lugar por la Junta de Gobierno Local, para ser luego informado por la Consejería de Cultura, que se ha comprometido en analizarlo en dos meses, antes de salir a contratación pública, un proceso que puede durar al menos otros cuatro o cinco meses más como poco.

Para no perder los fondos europeos Edusi, el Ayuntamiento tiene que emitir las últimas certificaciones de este proyecto antes de que expire el año 2023, por lo que ya va justo de tiempo si se estima un plazo de ejecución de dos años para las obras, repartidas en varias fases.

En el debate celebrado esta tarde, en el que han participado casi medio centenar de vecinos del Centro, Pedro Marín ha recordado que «la participación ciudadana no puede anular» la capacidad del Ayuntamiento de aprobar y poner en marcha este proyecto, un comentario que ha realizado al hilo de la posibilidad planteada por algunos representantes vecinales de elevar una queja a la Unión Europea para que anule los fondos previstos. Según el responsable de Programas Europeos, ello no tendría efecto alguno porque Bruselas no pide consenso absoluto sino participación ciudadana. «Y está claro que aquí la ha habido porque llevamos seis reuniones en las que el proyecto se ha ido cambiando y adaptando a las sugerencias de los vecinos», ha incidido. Así, ha recordado que, entre otros aspectos, se ha apostado por una renovación de la Tribuna de las Pobres mucho más conservadora con lo actual que la trazada inicialmente; y la Junta de Gobierno Local va a aprobar expresamente que no se puedan autorizar nuevas terrazas de bares o restaurantes más allá de las dos existentes ahora: la del hotel Tribuna, en el inicio de la calle Carretería, y la de la cafetería Baena, en la esquina de Álamos con Mariblanca.

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