El aeropuerto de Málaga ya estudia la ampliación de la terminal T3 por la fuerte demanda de viajeros

No se puede perder de vista que esta infraestructura ha hecho historia en 2023, que ha sido el mejor año de sus 104 de vida: a falta de los datos de cierre oficial del ejercicio (que todavía está en proceso), se van a superar los 21 millones de viajeros, por lo que se rebasará por primera vez la barrera psicológica de los 20 millones (se quedó rozando en 2019).

Todavía queda margen: la T3 tiene una capacidad para atender a 9.500 pasajeros a la hora y 30 millones de viajeros al año. Pero, si se mantiene este ritmo, esa cifra se podría alcanzar en pocos años. «No se puede esperar a que la demanda desborde la capacidad de la infraestructura; es necesario empezar a trabajar mucho tiempo antes, para adelantarnos a la realidad de la demanda, porque estas obras no se pueden hacer de hoy para mañana. Hay que tener previsto cómo crecer para cubrir la demanda, y es un proceso muy largo», indican fuentes técnicas expertas.

Para ello, Aertec, por encargo de Aena, está elaborando un «diseño de concepto», donde se analizan las posibles alternativas para ampliar la capacidad, ya sea mediante la ampliación de la terminal actual o, incluso, la construcción de una nueva T4. Posteriormente, se elegirá la mejor propuesta, que es la que se convertirá en un proyecto cuando el regulador (la Dirección General de Aviación Civil) lo apruebe, y con el consenso de las compañías aéreas.

En cualquier caso, la decisión todavía llevará varios años. Hasta 2027, el aeropuerto se rige por el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA-II) al que le queda una vigencia de cuatro años. Por tanto, será a partir de 2028 cuando entre en escena la ampliación que se va a planificar ahora, con el objetivo de preparar la infraestructura para el crecimiento previsto a partir de entonces, siempre que la demanda lo justifique, y Aviación Civil y las aerolíneas lo aprueben.

Estos procesos son muy largos. Cabe recordar que el Plan Málaga, que dio forma a las terminales actuales y también a la segunda pista, se empezó a fraguar en 2004, y culminó entre 2010 (inauguración de la T3) y 2012 (ampliación del campo de vuelos).

La asistencia técnica que está llevando a cabo Aertec, por encargo y con la colaboración de Aena, se concretará en un documento de «análisis de diseño funcional», esto es, el estudio de cómo se deberá acometer la ampliación del edificio terminal T3 y de las zonas de embarque, para mantener la capacidad y no llegar al punto de saturación.

Se trata de una fase de diseño conceptual, que, una vez aprobado, se concretará en un diseño de detalle y finalmente, en las obras necesarias. En este caso, la consultora juega en casa, pues, aunque actualmente es una firma referente a nivel internacional, con proyectos en Arabia Saudí, Perú y Colombia, entre otros, cabe recordar que la empresa nació al calor del crecimiento del aeropuerto de Málaga-Costa del Sol.

Los datos hasta noviembre de 2023 (que a buen seguro se verán refrendados con los de diciembre y el cierre del ejercicio) constatan una plena recuperación de la actividad turística tras la pandemia, con una fuerte reactivación del turismo internacional (donde el aeródromo malagueño es el que más crece) en la Costa del Sol. De hecho, en noviembre, este lideró el crecimiento nacional en la llegada de extranjeros, y eso que este periodo está considerado como temporada baja (27,1% más), según los datos de Turespaña.