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Viernes, 15 de diciembre 2017, 00:59
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Jorge, Juan, Luis, Ernesto, María o Victoria botan la pelota y tiran a canasta, sin mucho acierto. Son algunos de los 35 niños y niñas de 4 a 11 años de la escuela deportiva municipal de baloncesto que ayer pudieron volver a la pista de deportes del Lex Flavia. En su camiseta verde y morada las iniciales de la escuela y el escudo del Ayuntamiento. El mismo que prohibió hace dos semanas la práctica deportiva en sus instalaciones. Una más de las muchas incongruencias y sinsentidos que se han dado durante esta denominada crisis del ruido en los colegios.
Los pequeños siguen las órdenes de su entrenador, David Rodríguez, de Adesa Málaga. «Aquí está nuestra cantera», afirma, refiriéndose a los niños que intentan, una y otra vez, encestar la pelota. De la escuela municipal pasan a otros equipos, como los que él coordina pero que ya tienen que entrenar en las pistas del colegio matriz o en Ciudad Jardín.
Los padres no entienden lo sucedido y han tenido serias dificultades para explicar a sus hijos por qué se les prohibía entrenar. «Aburrido en casa» ha pasado estos últimos días un niño de 8 años a quien su madre no sabía contestar «por qué se han prohibido los entrenamientos. Es difícil de comprender y más aún explicar esta situación», afirmó Cristina Aguilera, para quien lo que ha sucedido en estos meses «es muy extraño y escapa a toda lógica». Su hijo, como los compañeros de la escuela, entrenan de 4 a 5 de la tarde los martes y jueves de cada semana. Después del baloncesto toman la pista unas niñas para hacer patinaje. Es un grupo menos números, y también menos escandaloso. Pero aún así, tampoco han podido pisar la pista deportiva del Lex Flavia. «Han suprimido todas las actividades, incluida el patinaje, cuando las niñas apenas hacen ruido», señaló una madre. A las seis terminan las actividades extraescolares y se cierran las instalaciones.
Desde Rincón de la Victoria viene Ernesto Pimentel con su hijo de 11 años. Considera ilógico que no se aprovechen las instalaciones escolares para hacer deporte. Y René Martín reprochó a las autoridades que los niños se hayan sentido «responsables de hacer algo malo. Desde el verano hasta ahora ha sido una sucesión de despropósitos, sorprende que este tema se haya llevado tan mal», dijo.
La directora del centro, Amparo Cortés, aseguró que han recibido «con alivio» la anulación de la multa y la suspensión de las medidas que adoptó el Ayuntamiento, la prohibición de todo tipo de actividad extraescolar en el colegio. «Ha puesto a los padres en una situación algo complicada, porque en muchos casos los niños comen en el colegio y después inician las actividades extraescolares mientras ellos continuaban en el trabajo», señaló.
El Ayuntamiento y el centro siguen buscando alternativas para la insonorización del centro. Un primer proyecto no ha sido del agrado del consejo escolar, pues los paneles se situaban en las columnas metálicas que soportan la cubierta, de manera que el patio queda muy reducido. Ahora se busca colocar los paneles sobre el vallado perimetral.
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