Borrar
La información, en SUR
Hace 24 años: El trágico incendio en el que murieron tres miembros de una familia en Málaga capital

Hace 24 años: El trágico incendio en el que murieron tres miembros de una familia en Málaga capital

Murieron el padre, de 44 años, y dos de sus hijas, de 19 y 17 años de edad. Las rejas en las ventana supusieron una trampa mortal

José Manuel Alday

Domingo, 23 de abril 2017, 00:44

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El espectacular incendio declarado esta semana en una de las torres de Ciudad Jardín, que se saldó con una víctima mortal, trae a la memoria otro trágico incendio declarado en Málaga hace 24 años y en el que murieron tres miembros de una misma familia, el padre, de 44 años, y dos de sus hijas, de 19 y 17 años de edad. En el incendio, que se declaró en una vivienda de un bloque de doce pisos de la barriada Jardín de la Abadía, en marzo de 1993, resultó herido otro hijo menor de la misma familia de 7 años de edad, que fue rescatado por los bomberos. La madre y esposa de las personas fallecidas salió ilesa al abandonar el domicilio para pedir auxilio nada más declararse el incendio.

El siniestro se produjo poco antes de la una de la madrugada en la quinta planta del bloque número siete de la plaza Murillo Carreras, esquina a la calle Ayala. El fuego se inició en el salón de la vivienda y se extendió de inmediato al resto de las habitaciones, donde se encontraban ya acostados los miembros de la familia, un matrimonio y tres hijos. La madre advirtió el fuego y salió de la vivienda para pedir auxilio, pero al regresar a su domicilio se encontró que estaba envuelto en llamas. La rápida propagación del fuego se debió en parte a la existencia de material inflamable en la terraza del piso afectado, donde se encontraron botellas de acetileno y oxígeno. El incendio, que afectó también a otros pisos, provocó que fueran evacuadas del edificio unas 50 personas. Los vecinos de los pisos superiores a la quinta planta quedaron atrapados en sus viviendas, donde se registraron momentos de gran tensión. Tras la llegada de los bomberos, éstos rescataron con gran dificultad al hijo menor del matrimonio en cuya vivienda se declaró el fuego. Tras esta primera intervención, los servicios de extinción acudieron a la parte posterior del edificio, donde se hallaba la habitación en la que permanecían las dos hermanas. Ante la imposibilidad de salir del domicilio al encontrarse envuelto en llamas, las jóvenes permanecieron tras los barrotes de la ventana de su dormitorio pidiendo auxilio durante un tiempo, según relataron a este periódico testigos presenciales. Desde las ventanas más próximas, los vecinos les arrojaron cubos de agua. Otros cogieron cuerdas con la intención de auxiliarlas. Sin embargo, las rejas de seguridad de la ventana se convirtieron en una trampa mortal que imposibilitó su rescate. Según el relato de la crónica publicada por SUR, en un momento dado los vecinos dejaron de escuchar los gritos de auxilio de las jóvenes, y uno de los testigos aseguró que observó cómo éstas caían desvanecidas, abrazadas una a otra.

Un butrón para escapar

El fuego en el edificio dejó atrapadas a numerosas familias, como en el incendio ocurrido el lunes en Ciudad Jardín. En aquella ocasión, una familia paso de una casa a otra tras hacer un boquete en el tabique al verse atrapada y temer por su vida. «No tenía escapatoria. El humo entraba en mi casa por los cuatro costados. No lo pensé un instante, cogí la machota y abrí un boquete en el tabique, por el que salimos mi mujer y mis dos hijos a la vivienda contigua, donde no había peligro», fueron las declaraciones recogidas por SUR en el lugar del incendio de José María Gómez Milán, que residía en la planta doce del edificio donde se declaró el fuego. «El piso incendiado está situado justo debajo de mi casa, pero siete pisos más abajo. Pues bien, hasta aquí llegaban las puntas de las llamas. Mi hija puso ropa en las rendijas de las puertas, pero el humo entraba por todas partes, así que retiré el armario y comencé a derribar el tabique. Estuve unos diez minutos golpeando. Me turnaba con mi hijo, hasta que por fin abrimos un boquete en la pared, por donde pasamos a la casa de al lado», relataba con heridas en sus manos producidas en su afán de derribar la pared en busca de una salida a la angustiosa situación por la que pasaron. Los vecinos de José María se encontraban en la calle en ese momento. Allí se percataron de que en su domicilio alguien encendía la luz, por lo que subieron a su vivienda de inmediato. «Llegaron y nos abrieron la puerta. Al principio se molestaron un poco», explicó este vecino, que estuvo certero, pues abrió el boquete justo en un tramo de pared donde al otro lado no había ningún armario, lo que hubiera complicado sobremanera la evacuación.

Rescate muy complicado

En aquel suceso, vecinos del bloque donde se declaró el incendio y de otros edificios situados en las inmediaciones se quejaron de la tardanza en llegar los bomberos y cuestionaron la actuación de éstos en las tareas de extinción del incendio. Otros, sin embargo, dijeron que los bomberos «hicieron lo que pudieron». Fuentes municipales resaltaron que la rápida intervención de los bomberos posibilitó el rescate del niño de 7 años que se encontraba en una de las ventanas de la vivienda, cuya reja hubo de ser previamente forzada por los bomberos, uno de los cuáles tuvo una actuación arriesgada y resultó lesionado en la operación de evacuación.Pero el gran nerviosismo que cundió entre los vecinos a consecuencia del incendio provocó situaciones como la de un joven que subió por la escala del coche de bomberos para entregar al operario que había en su extremo la manguera y la boca de la misma, una vez que ésta cayó al suelo. Fuentes del cuerpo de bomberos apuntaron que las labores de extinción del incendio fueron muy complejas, dado que el fuego cobró gran virulencia en muy poco tiempo. La existencia de varias bombonas de material inflamable, oxígeno y acetileno en el piso incendiado provocó, además, que el fuego se propagara rápidamente y no diera tiempo a sus ocupantes a abandonar la vivienda. El rescate de las víctimas se vio también extraordinariamente dificultado por el enrejado de las ventanas del domicilio incendiado. Además, los bomberos debieron actuar en dos frentes las dos fachadas del edificio y optaron por comenzar por donde se encontraba el menor, lugar donde también se apreciaron las llamas de este voraz y trágico incendio cuyas causas apuntaban a un posible cortocircuito.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios