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El inmunólogo Fernando Fariñas.
«Si no se hacen los deberes   podemos volver a la era preantibiótica, a morir de  infecciones banales»

«Si no se hacen los deberes podemos volver a la era preantibiótica, a morir de infecciones banales»

Sobre las defensas de las que todos hablamos, el inmunólogo Fernando Fariñas acaba de publicar 'En defensa propia: aventuras y desventuras del sistema inmunológico'

José Vicente Astorga

Domingo, 15 de enero 2017, 01:17

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La inmunología es la pasión de quien en las asignaturas de medicina, la veterinaria y la biología se vacunó contra el optimismo científico extremo y también contra el catastrofismo fácil. Ha trabajado 25 años fuera, sobre todo en EE UU y Francia, y su biografía cogió billete de vuelta hace siete años a su ciudad, cuando frenó una agenda intensa dictada por laboratorios, organismos públicos y una fundación contra las enfermedades infecciosas. En Málaga ensaya terapia celular con animales en un centro que se ocupa también de inmunoterapia oncológica junto al profesor Antonio Villatoro. Coordina un grupo internacional de expertos en enfermedades infecciosas emergentes y zoonosis, y su ambición profesional es que Málaga fuera sede de un centro de referencia.

La inmunología parece que sólo empieza a interesar cuando nos llegan problemas desde países pobres, como pasó con el ébola, el zika.

Pero en todos los desarrollados y en los que están en vías de desarrollo existe un gran problema de enfermedades infecciosas. En África el sida es lo más junto a la tuberculosis, como lo es la lepra en la India. El problema del primer mundo es la presencia de bacterias súper resistentes a los antibióticos, las superbacterias.

Con países como España entre los primeros, ¿no?

España e Italia son los dos países europeos más consumidores de antibióticos. Si el 70 por ciento que producen en los laboratorios es para la ganadería y el 30 por ciento para los humanos, en España la proporción se invierte. Europa nos ha dicho que tenemos que reducir ese consumo.

Un argumento que no se le he oído a la ministra Dolors Montserrat para ahorrar en la factura.

Cierto, pero se trata de un tema no sólo de ahorro sino de salud pública. Todo lo que hagamos en los pollos, los cerdos o las terneras que nos comemos supone que esa resistencia antibiótica se traslada a nosotros, y si además consumimos más antibióticos.

Entonces no hay demasiada diferencia entre los riesgos de un español y un señor alemán que come pollo de granja.

Hay diferencias, porque algunos países lo están haciendo muy bien, como Dinamarca, que ha reducido a la mínima expresión los antibióticos que se utilizan en el ganado.

Antibióticos que en el mundo animal se usan para hacer la actividad más rentable.

Se empezaron sobre todo para aumentar el peso y la carne del ganado y no tanto por prevención infecciones. Los antibióticos hacen crecer más y más rápido a los animales.

Parece más urgente entonces abordar este tema que el bienestar animal, que tanto preocupa.

Ahora en veterinaria está habiendo una revolución. No solo la oficialidad pide más bienestar animal, incluidas las condiciones del sacrificio sino que en la producción no se abuse de antibióticos. Por los animales y porque es un tema de salud pública. La OMS nos ha dicho a España que si no actuamos, en 2050 la primera causa de muerte será por agentes resistentes a antibióticos. Ya hay cepas de tuberculosis resistentes a todo.

Y en el mundo de la agricultura industrializada, la situación no parece distinta con el uso de productos que pasan a nuestro cuerpo.

Está menos estudiado, pero más que a bacterias los fungicidas, biocidas y plaguicidas se dedican a hongos y virus. También nos están enfermando, porque pasan a la cadena trófica. Al final, toda esa mierda química como yo la llamo pasa al ambiente, donde estamos nosotros. ¿Qué ocurre? Se sabe que somos más susceptibles de desarrollar enfermedades inmunológicas sobre todo porque estamos realmente 'envenenados' entre lo que comemos, bebemos y respiramos. Y además, sumado el estrés, eso altera el sistema inmunológico. Desarrollamos alergias, enfermedades autoinmunes: lupulus, artrosis reumatoide, esclerosis múltiple... La enfermedad es el producto de la interacción entre la genética y el medio ambiente. Si el ambiente es propicio a que determinados genes se manifiesten tendrás esa enfermedad. Convivimos a diario con múltiples factores, con agentes multirresistentes, con tóxicos...

¿Ese panorama nos podría llevar a la versión moderna de las pestes medievales?

Más que una situación apocalíptica, si no hacemos los deberes en 20 o 30 años volveremos a una era preantibiótica, donde la gente se moría de infecciones banales. Hemos abusado de los antibióticos.

Si las mismas campañas que se hacen contra el azúcar o las grasas trans se hicieran contra ese exceso de fármacos, ¿la situación sería diferente?

Claro, pero también la industria alimentaria es responsable de buena parte de las enfermedades que tenemos. Ingerimos grandes cantidades de azúcar que nos está enfermando. La gente cree que es el colesterol, pero el enemigo público número uno es el azúcar.

¿En igualdad con ese exceso de antibióticos?

Diría que 'fifty fifty'. El azúcar se asocia a procesos de inflamación crónica. Cuando lo tomas no de forma natural como en la fruta o en los hidratos se induce un proceso inflamatorio a lo largo del tiempo en todo el sistema. La inflamación silenciosa. No pica, no duele, pero a lo largo de años se expresa en un ictus, un infarto, un alzheimer, un cáncer...Se fuerza constantemente al páncreas a producir insulina y sus altos niveles en sangre desarrollan el proceso inflamatorio. También produce proteínas glicosiladas, muy peligrosas. La gente está preocupada con las grasas, pero hay investigadores que no tienen muy claro que sean las responsables de tanta patología cardiovascular y se orientan al azúcar como el más importante. También hay situaciones que tienen que ver con la hipótesis de la higiene. Mi abuela me decía: «La mierda ni mucha ni poca. Strachan, un científico británico del XIX, ya apuntó patologías diferentes según las condiciones de pobres y no pobres. Y es cierto. Las bacterias son aliados de nuestro sistema inmune. La microbiota, el conjunto de 'bichitos 'que pueblan un ser humano y del que en el colon tenemos kilo y medio, mantiene contacto con el sistema inmunológico, cuyas células en un 80 por ciento están en el intestino. Esa microbiota produce sustancias que el sistema inmune no produce a cambio de no atacar, pero como éste vea variación de número y clases, la hemos liado. La población microbiana ha cambiado en nuestra sociedad. La de un niño en Ghana tiene una diversidad brutal y los de aquí muy estrecha, de ahí derivan casos de diabetes tipo 1 en niños, y en mayores artritis, asmas... Tan importantes son estos bichitos que hoy se tratan enfermedades con ellos. Por ejemplo, enfermos que barren su microbiota, pero algunos bichitos aguantan, son resistentes y necrosan el intestino. Antes a ese enfermo se le aplicaban más antibióticos para esa situación. Desde hace pocos años está el trasplante fecal. Trasplantes de caca. Se hace un 'zumito' de un donante y se vuelve a repoblar ese intestino. Le aseguro que hay donantes que pueden vender sus excrementos a precio de oro.

¿Cómo?

Porque son especialmente dotados para producir una buena repoblación ante casos de colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn.

¿Qué están haciendo en inmunoterapia aplicada al cáncer?

En nuestro centro es una línea de trabajo que lleva Antonio Villatoro. Hay otro campo, el del tratamiento con células madre del que hay miles de ensayos, en el que lo único que frena el desarrollo práctico es la postura de la Agencia Europea del Medicamento, muy restrictiva aunque la célula madre sea un fármaco biológico absolutamente seguro. Es un medicamento más, y los éxitos presionan a favor de su reconocimiento.

Y en la industria farmacéutica también habrá sus reticencias

E intereses, y ahí estamos, pero en cuatro o cinco años se liberalizará como se ha hecho en el tratamiento con células madre de fístulas perianales. En medicina veterinaria hay menos restricciones y eso nos permite ensayar estas terapias en animales desahuciados por terapias convencionales. Y a nivel de resultados, no es igual estar haciendo putadas a un ratoncitos que a animales grandes en condiciones reales. Para la medicina traslacional así es infinitamente mejor.

¿En EEUU es diferente esa terapia en relación a humanos?

La agencia responsable, la FDA es menos restrictiva, incluso hay gente que pone sus clínicas privadas en función de estas terapias.

Cáncer

¿Hay también los mismos recelos que la Agencia Europea del Medicamento tiene ante las terapias con células madre que hacia la inmunoterapia destinada a combatir el cáncer?

No. Porque le ha costado años abrirse camino, y se remonta a un siglo atrás, cuando se piensa que un cáncer era un fallo de nuestras defensas. Muchos investigadores concluyen que hay fallo de la inmunovigilancia y que una célula maligna crece. Lo más reciente es que el tumor puede actuar en varías vías. El tumor es un tío listo, con una división celular incontrolada per secula seculorum, y capaz de manipular al sistema inmunológico. Son listas para no ser atacadas, no ser reconocidas y , si logra entrar, cambia el sistema inmune para que incluso les ayude. Cambia la configuración de ese sistema. Desde hace dos o tres años se trabaja con fármacos. Es un antes y un después para los oncólogos, un armamento que ataca solo al tumor. Es específico, y se podrá hacer según el perfil genético. En Málaga el secuenciador de genomas para determinar el adn de cada tumor es un gran proyecto que lidera el doctor Emilio Alba. ¿La inmunoterapia oncológica como final del cáncer? No lo creo. El cáncer no es una enfermedad. Son muchas enfermedades. Un cáncel de pulmón es distinto al de colon y el de cada uno de ellos en cada persona, también. Son muchísimas enfermedades. Nos queda un largo recorrido, pero se abren otras vías distintas a lo clásico.

¿Que opina del centro de investigación sobre envejecimiento que se podría instalar en Málaga?

Me parece un proyecto muy interesante, sería un gran paso.

¿Qué ambición tiene como científico en Málaga?

Implantar un centro de referencia en inmunología y enfermedades infecciosas, desde el que desarrollar proyectos de investigación de vanguardia como inmunoterapia oncológica. En las infecciosas, se podrían hacer tareas de diagnóstico, tratamiento y proyectos de investigación en la zoonosis, porque las enfermedades transmitidas por animales son el 60 o 70 por ciento de las infecciosas, desde la gripe, ébola, zica, dengue... Tenemos especialización a ese nivel. El Crimea Congo. Estamos en un mundo globalizado.

Pero la sanidad pública no está ahora para muchos experimentos.

Es triste lo que vivimos, una gran falta de recursos que se compensa con los grandes profesionales que trabajan en ella. Con muy poco presupuesto se hacen cosas increíbles, también en proyectos en biomedicina. Realmente estamos en una situación mala. No hay compromiso ni interés.

Algún compañero le puede replicar que quien ha trabajado con laboratorios farmacéuticos, como usted, lo puede tener más fácil para obtener apoyo

Los laboratorios ya apuestan. Muchas de las cosas se hacen por el apoyo de la industria farmacéutica. Es la que ahora apoya un montón de ensayos, con interés científico y económico, porque no hay que olvidar que son empresas.

Enfermedades de pobres y enfermedades de ricos parece que siempre las habrá...

Maticemos. El sida era de pobres hasta que nos llegó. El ébola también, pero mató a blancos y ya hay vacuna. También hay enfermedades olvidadas, como la enfermedad de Chagas, en Sudamérica, donde mueren miles de personas, parias que nunca podrían comprar un fármaco. Es así de duro y triste. Para la leishmania en perros tenemos fármacos y vacunas, pero para humanos no, y mata a muchos en India, Bangladesh o Brasil. Ahora parece que hay interés en la vacuna para humanos.

No parece posible universalizar una alimentación con productos ecológicos ¿Cuál sería para usted un mundo razonable en este sentido?

Es algo imposible. Vamos a tener problemas de salud que desaparecieron, se van a agravar los que tenemos y vamos a rebajar otros, como el cáncer. En 2050 vamos a dar grandes pasos, pero tendremos más gente obesa, más epidemias de enfermedades autoinmunes si no descubrimos algo por el camino, pero lo que más preocupa es el consumo de antibióticos. Una herida en la piel que hoy se cura con una crema, en 2050 puede matarnos porque ese bichito se habrá vuelto resistente.

En el futuro ser un privilegiado no será tener grandes mansiones ni yates, si no poder comer todos los días sin tóxicos

Pues se podría decir que sí. En terapia genética se pueden hacer cosas, por ahora poco, pero sí en factores ambientales que son cuatro cosas básicas: los bichitos que hay en el ambiente, la alimentación, las sustancias tóxicas alrededor y el estrés. Mientras en los países en vías de desarrollo las enfermedades mortales prevalentes son las infecciones, aquí son las cardiovasculares y el cáncer.

Y gastan poco en psiquiatras

Está claro.

Cómo veterinario, ¿dónde debe estar el límite de la humanización de las mascotas?

Creo que se ha humanizado demasiado a los animales y eso es una forma de maltrato. Tener un compañero como un perro es algo magnífico, y hay personas que viven gracias a su mascota, que representa un apoyo, e incluso un motivo para vivir. Es importante, pero a un perro el día de su cumpleaños no se le puede poner un gorrito y una tarta. Son cosas que gran parte del colectivo veterinario no acepta con normalidad. Muchas veces el dueño de la mascota le pone trabas a un tratamiento mientras que calla cuando el pediatra le advierte de ciertos efectos de un tratamiento a su hijo. El animalismo extremo lo sufren los veterinarios, que llegan a escuchar cosas como que no le cobrará quien ama a los animales. El veterinario es una figura muy importante en la salud pública, y sin embargo.

Muchos los toman por la FP de la medicina

Algo parecido, cuando su formación es brutal porque no sólo profundizar en una especie sino en varias.

Si ve negativo el horizonte en relación a los antibióticos, en el lado del optimismo científico están los avances en genética, el aumento de esperanza de vida.

Es cierto. Estas dos visiones pueden convivir en alguien como yo. La biotecnología da pasos gigantescos. Tenemos mejores fármacos, vacunas, pero hemos descuidado otras, las básicas. Todos los días comemos, respiramos, vivimos situaciones más o menos estresantes. Eso nos enferman. En cinco o diez años usted podrá tener una vacuna contra la gripe hecha a medida genética, pero cómo seguirá comiendo y viviendo. Ese frente hay que cuidarlo. La biotecnología intenta arreglar cosas que en la base no cuidamos, porque actuamos mal.

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