Editorial: Situación insostenible

Pese al esfuerzo municipal, la asamblea sorprendentemente enterraba ayer la posibilidad de un acuerdo en el que se incluía, también, el compromiso de retirada del millar de expedientes sancionadores

PPLL

Martes, 8 de marzo 2016, 01:02

Cuando el comité salía en la madrugada del lunes del Ayuntamiento con un principio de acuerdo que llevar a la plantilla, todo hacía pensar que ... el conflicto comenzaba a desactivarse tras una jornada maratoniana de reuniones entre las dos partes y seis días de posiciones muy encontradas. El equipo de gobierno accedía finalmente a casi todas las reinvidicaciones origen de la huelga que se prolonga ya ocho días, y lo hacía con cesiones menores por la parte sindical en relación al plus de productividad que se cobrará sin que incidan los días de baja y a la exigencia en el disfrute de las vacaciones y descansos en fines de semana, reivindicaciones clave en el conflicto. Pese al esfuerzo municipal, sorprendentemente, la plantilla enterraba ayer la posibilidad de un acuerdo en el que se incluía, también, el compromiso de retirada de un millar de expedientes sancionadores a trabajadores en fechas anteriores a la huelga por falta de rendimiento. La postura de la plantilla resulta especialmente insostenible en un contexto de flagrante incumplimiento de los servicios mínimos fijados por la Junta con el argumento de mal estado y averías en los vehículos. La ciudad se ha vuelto ya intransitable y pronto será irrespirable con un creciente aspecto de vertedero que mina en los informativos nacionales la imagen de Málaga cara a las vacaciones de Semana Santa, sin contar con el grave daño que la situación provoca ya en la hostelería. La plantilla decide alejarse de un acuerdo que supone recuperar el convenio de 2010-12, dictaminado por un juez como el único vigente y limpio de unos recortes que en su día a no alcanzaron rango de convenio por un error formal Las consignas oídas ayer en la asamblea de mantener la huelga al grito de Si se puede o la invitación coral al comité de «échale cojones» dibujan un ambiente de forzada tensión y más interesado en calentar artificialmente el conflicto fuera de toda lógica, quizás con la vista puesta en la sociedad que se haga con la concesión de la basura en 2017, que en perfilar un acuerdo razonable. La huelga resulta así tanto más indignante para los ciudadanos cuanto más crece su incomodidad en el día a día tras conocer el esfuerzo municipal con dinero de todos. Forzar al comité a una espiral de radicalización en la negociación en la que ha demostrado sobradamente su firmeza tiene una difícil lectura interna, y cara a la ciudadanía se antoja un chantaje ejercido sobre el gobierno de la ciudad, que ya ha movido ficha y presupuestos para costear el acuerdo frustrado. Reconducir la situación se va a producir en un ambiente de insalubridad, de tensión y de incumplimiento de servicios mínimos. El Ayuntamiento no puede ceder ante una situación que supone arruinar el esfuerzo de aproximación y ha de estar atento para hacer valer el derecho de los malagueños a condiciones mínimamente higiénicas con el recurso a los medios que sean necesarios para que la basura no ahogue la ciudad.

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