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José Vicente Astorga
Jueves, 3 de diciembre 2015, 01:04
Málaga. Sevilla y Málaga están cada vez más cerca, y tanto desde la sociedad civil como desde las instituciones los pasos son innegables. Málaga acogió una nueva cita para abordar la cooperación en diferentes frentes como palanca de desarrollo regional. Hubo acuerdo en subrayar el papel de las dos capitales como espacios líderes que deben buscar el protagonismo de las ciudades en el futuro de Andalucía y en la identificación de oportunidades de desarrollo e integración. Los expertos que analizaron ayer, entre otros, los ámbitos de la cultura, el turismo, el sector agrolimentario y las infraestructuras aceptaron de buen grado ampliar las posibilidades del eje Málaga-Sevilla al concepto de red, un nominalismo que aparca cualquier riesgo de exclusión, al tiempo que amplia el objetivo de cooperación a largo plazo más allá de las necesarias infraestructuras de vertebración del territorio y en la búsqueda un modelo más basado en el conocimiento y en el turismo como motores para atraer inversión. Esa idea de colaboración en red, lanzada ayer en el segundo Foro Empresarial Málaga-Sevilla, obtuvo el consenso entre los asistentes al II Foro Empresarial Málaga-Sevilla, al que acudieron los exalcaldes de ambas ciudades Manuel del Valle y Luis Merino, copresidentes de la asociación Civisur, y el actual regidor de Málaga, Francisco de la Torre.
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La iniciativa de SUR, ABC y Sando congregó en el auditorio del Museo Picasso a más de 150 personas en torno a una cooperación entre ciudades que supere los esquemas del pasado. En la mesa redonda, la contribución desde diferentes perspectivas Eugenio Carmona, historiador del arte; Jorge Paradela, directivo de Heineken; Francisco Pérez Moreno, gerente de la Agencia de Obra Pública de Andalucía, y José Alba, ingeniero de Camino- se convirtió en una nueva entrega de esa fábrica de ideas que pretende ser este foro en palabras de Luis Sánchez Manzano, consejero delegado de Sando. Recordó en la apertura del acto la primera reunión del foro celebrada en octubre en Sevilla, y los pasos reales logrados hasta ahora como el protocolo firmado por los alcaldes de Sevilla y Málaga a partir de la potencialidad del campus de excelencia Andalucía Tech. «Más allá de la rivalidad historíca, lo inteligente es un futuro común para Andalucía, con mas infraestructuras, más modernas y con mejores servicios a los ciudadanos», aseguró Sánchez Manzano. Para el vicepresidente de Sando «es necesario huir de absurdos localismos, pero tendría poco sentido si sólo aportamos ideas», advirtió antes de exigir a los gobiernos «seguridad jurídica en las inversiones y llevar a cabo los proyectos hasta el final independientemente de la administración que los haya apoyado».
Fue Eugenio Carmona el primero en lanzar sus propuestas críticas en la mesa de debate que moderó el director de SUR, Manuel Castillo. Carmona planteó, en relación a la gestión cultural, la creación de un Consejo Andaluz de Cultura como instrumento para superar la actual situación, que definió como de excesiva institucionalización de la gestión cultural, «un fenómeno al que se ha llegado desde la nada que había en 1975». Fueron muchos los ejemplos de cooperación en el ámbito cultural que propuso Carmona, un convencido de que articular la cooperación en red entre las ciudades «no es una innovación sino una necesidad». Así, propuso la colaboración entre museos concebidos «con criterio provincial», «dar visibilidad al coleccionismo de arte andaluz, que ahora pertenece al ámbito de lo curioso» y «redefinir la gestión pública». Sobre el papel de la Administración, Francisco Pérez, reclamó precisamente la necesidad de autocrítica y en su calidad de antiguo gestor cultural público reclamó mayor integración entre las cuatro orquestas andaluzas para que se pueda hacer llegar su trabajo a las otras cuatro provincias que no cuentan con ellas. Pero fue la intervención de Jorge Paradela, de Heineken, grupo propietario de Cruzcampo, la más centrada en el tejido productivo e innovador. Paradela reclamó a Sevilla y Málaga un análisis de sus ventajas competitivas y puso su mirada en el sector agroalimentario, la capacidad investigadora en biotecnología, y en el enorme peso en la actividad turística y hostelera como posible «punta de lanza» para que Andalucía pueda jugar en primera línea internacional. Sin salir del ámbito europeo, el ingeniero José Alba, abogó por el papel de las ciudades y destacó el peso de Andalucía «con más extensión que 14 países europeos» para destacar que «tiene todo el sentido sin que sea un movimiento excluyente que se identifiquen territorios con un papel de liderazgo adquirido por razones de la historia pasada, como Málaga y Sevilla, y por la reciente». Alba reclamó, al hilo de la petición del alcalde de Sevilla en relación al AVE, que el de Málaga es el «único aeropuerto capaz de conectar Andalucía al mundo y eso interesa a toda la región».
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