El promotor de la noria gigante presenta un proyecto para ocupar la entrada al puerto

La idea de montar una noria gigante en el puerto sigue girando. Después de meses de trámites y el estudio de hasta tres posibles ubicaciones, la Autoridad Portuaria y la empresa promotora, Mederyt, han llegado a un principio de acuerdo, que ahora quedará sujeto a las determinaciones de la Gerencia de Urbanismo y de Seguridad Aérea. En caso de aprobarse finalmente, la instalación podría ir justo en la entrada al puerto desde la plaza de la Marina, en el lateral izquierdo, junto a un pequeño grupo de palmeras, de las que algunas tendrían que ser trasplantadas para liberar el espacio.

En principio, el convenio sería por unos seis meses de explotación, con un coste total para el promotor que rondaría los 70.000 euros en concepto de canon, según fuentes cercanas al proyecto; aunque esta cifra está sujeta a los posibles usos lúdicos que se soliciten. Respecto a la atracción principal, será un lujoso anillo con cabinas (modelo Princess) con una altura de unos 70 metros y capacidad para unas mil personas a la hora. Su última ubicación ha sido la capital de Andorra, aunque también ha pasado por Zaragoza, entre otras.

Para comparar y calibrar la altura que tendría esta instalación, se pueden tomar dos referentes: el cercano hotel Málaga Palacio quedaría por debajo, ya que tiene unas 14 plantas, por las 20 a las que ascendería la atracción. En cambio, sería similar a una grúa del puerto (si se toma como referencia el puesto de control del operario, esto es, unos 60 metros); y mucho más bajo que esta misma máquina cuando tiene la pluma elevada (110 metros).

No es previsible que pueda estar operativo hasta mediados o finales de verano, ya que aún quedan trámites por delante. El último por parte de la Autoridad Portuaria es un informe técnico de estabilidad y cimentación, que se tendrá que reforzar para evitar la sobrecarga por el viento, aunque técnicamente se considera viable.

Permiso aéreo

A partir de este punto, la tramitación tendrá que pasar a la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, que evaluará su viabilidad técnica y la compatibilidad del uso con los previstos en este espacio del Plan Especial del Puerto. El impacto visual de la instalación, en un punto clave del eje turístico de la capital, será otra de las cuestiones claves que habrá que aclarar.

En cambio, el escollo más temido es la autorización de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa), dependiente del Ministerio de Fomento, que tiene que determinar su compatibilidad con los vuelos. Cabe recordar que ya hubo reparos en agosto de 2012, cuando otra empresa instaló una noria de 65 metros en el Real de Cortijo de Torres. Aunque finalmente se pudo abrir, estuvo a punto de tener que ser desmontada por vulnerar la altura permitida en esta zona por la Aesa.

Las circunstancias son ahora diferentes, puesto que la instalación no ocupará un espacio de especial incidencia aérea ni cercana al aeropuerto (como sí ocurría en la anterior). Además, otras ciudades, como Sevilla, Valencia y Zaragoza, cuentan o han tenido en fechas recientes instalaciones similares a la que se prevé en Málaga.