Casapalma y Cárcer esperan su turno

Las calles Casapalma y Cárcer conforman un entorno muy céntrico de la ciudad que, sin embargo, no ofrece la mejor imagen que cabría esperar. Ambas calles están pendientes de ser reurbanizadas para convertirlas en semipeatonales y reforzar así el eje entre la plaza de Uncibay y el Teatro Cervantes. Pero mientras llega esa actuación, que ya ha salido a concurso, la zona deja bastante que desear, según coinciden en señalar vecinos de la zona. En calle Casapalma existe una valla que ocupa la acera y sobresale a la calzada que lleva ya cuatro años y que corresponde a la obra de un edificio allí situado que no acaba de terminarse. «Seguimos teniendo después de cuatro años la misma valla, en estado lamentable, olor, orinas, vómitos, gatos abandonados en la obra todas las noches maullando etc, etc, etc», se queja Javier Ruiz, un vecino de la zona que se lamenta de que después de la Semana Santa en que fue retirada debido a las procesiones, dicha valle se volvió a poner, por lo que aquello vuelve a ser un urinario público. Este ciudadano dice no entender cómo «una obra en un centro histórico de Europa pueda estar cuatro años perjudicando a los vecinos», pues según afirma, además de los vómitos, meados y ratas que los vecinos de la zona tienen que soportar, los residentes de un inmueble y un comercio contiguo al edificio en obras se encuentran con dificultades para poder acceder a sus casas debido a la existencia de dicha valla. La proliferación de ratas debido a la existencia de solares abandonados en el entorno de la calle Beatas es otra de las preocupaciones que preocupa a los vecinos de este lugar, que piden más atención.

Calle Beatas algunos no se quieren enterar

Días atrás comentábamos que la entrada en servicio de los contenedores soterrados en la calle Granada iba a desterrar la imagen de los camiones de Limasa recogiendo basura durante el día en el centro de la ciudad, y también la fea estampa de determinados callejones donde se apilaban contenedores repletos de bolsas de basuras. Y así ha sido, porque han desaparecido muchos contenedores de lugares como la calle Granados, Ramón Franquelo, Marqués de Guadiaro o calle Moratín y Duque de la Victoria. En todas estas céntricas calles donde hasta ahora había contenedores, el Ayuntamiento ha colocado carteles informando de las lugares más cercanos donde pueden depositar las basuras los usuarios habituales de esos contenedores. Pero por lo que se ve algunos no se han enterado. O mejor dicho, no se quieren enterar, porque los carteles son bien claros, visibles y no ofrecen lugar a dudas. Así, ayer se podían ver bolsas de basuras depositadas junto a una papelera y bajo uno de esos carteles informativos en la calle Beatas, a la altura de calle Granados, enclave en el que hasta hace unos días había dos contenedores que han sido retirados precisamente para no dar mala imagen.