Los reparos de Bomberos atrasan la apertura de las cubiertas de la Catedral

El polvo se acumula en los 440 peldaños, de subida y de bajada, que comunican las cubiertas de la Catedral con el suelo. Hace ya casi seis meses que el Obispado finalizó los trabajos para hacer visitable el techo del primer templo de la diócesis y su apertura al público sigue aún sin una fecha concreta. El motivo hay que buscarlo en los reparos que el Cuerpo de Bomberos ha puesto al proyecto, una vez materializado por la Iglesia y presentado en sociedad a diversos colectivos y a los medios de comunicación, algo que se produjo este pasado verano. Según ha podido conocer este periódico, Bomberos, que inicialmente dio luz verde a la intervención, según el diseño de los arquitectos Gabriel Ruiz Cabrero y Juan Manuel Sánchez La Chica, ha requerido nuevas medidas para garantizar la seguridad de las personas que van a acceder a escaleras y espacios de la Catedral hasta ahora de acceso restringido para el público.

Una de las principales cuestiones puestas de manifiesto por los técnicos de Bomberos es que se implante algún tipo de sistema para controlar el número de personas que acceden al circuito de subida y bajada a las cubiertas, de forma que se garantice su evacuación en caso de emergencia, una eventual operación que dificultaría la estrechez de las escaleras de caracol que deben subirse para llegar hasta el techo. En concreto, los informes técnicos indican que no puede haber más de 147 personas entre el recorrido de subida, el que existe sobre las cubiertas y el de bajada. Para ello, Bomberos solicita la implantación de unos sensores que sirvan para contar visitantes y tener un control efectivo y real de número de los que se encuentran disfrutando de este peculiar recorrido por el monumento.

En grupos de 25 personas

Este condicionante ha caído como un jarro de agua fría para los responsables del Cabildo Catedralicio, ya que supone un coste un tanto elevado para sus posibilidades económicas. Así, según fuentes consultadas, la Iglesia ha llegado a un acuerdo con Bomberos para poder abrir la cubierta a las visitas sin implantar ese mecanismo que no se descarta sino que se deja para su instalación más adelante, con el compromiso de que se harán con un número muy limitado de personas. En concreto, serían por grupos de unos 25 visitantes con un guía, cada media hora, aunque este número podría aumentar si al guía se añade la asistencia de un vigilante, si bien ello implicaría más costes de personal para la Iglesia. En cualquier caso, se procuraría que no hubiera más de 50 visitantes en el recorrido total.

Por otra parte, para poder inaugurar esta singular subida al privilegiado mirador que suponen las cubiertas catedralicias, Bomberos también exige la instalación de puertas especiales resistentes al fuego, para garantizar la seguridad de dependencias del templo que ahora quedarían en zonas próximas al paso de los visitantes, así como la mejora de la iluminación de las estrechas escaleras de caracol alojadas en los llamados cubillos, que comunican el primer nivel de terrazas de la Catedral sobre sus capillas laterales con la cubierta. En ella se habilitaron varios pasillos y zonas de estancia con estructuras de maderas, respetuosas con la configuración del monumento, que supusieron una inversión de casi medio millón de euros para el Obispado, que ya sí cuenta con el visto bueno de la Consejería de Cultura al proyecto.