Febrero de 2009: el tornado que arrasó San Andrés
El suceso, seguido de una gran tromba de agua que causó inundaciones en varios sectores de la ciudad, afectó a 900 familias de la popular barriada
sur
Jueves, 27 de noviembre 2014, 11:18
No es la primera vez. La tromba marina que ha causado importantes daños esta mañana en la zona del aeropuerto, Churriana y Los Álamos ya ... pasó por Málaga hace 5 años. Con otra intensidad -mayor- y otros efectos, su huella sigue muy presente en la memoria de los vecinos de San Andrés. Ocurrió el 1 de febrero de 2009. Por entonces, hacía 350 años que en Málaga no se sentía un tornado de la virulencia del registrado ese día. Muchos creían que era un fenómeno atmosférico que se daba exclusivamente en los océanos Índico y Pacífico, pero no. Entró por el Mediterráneo hacia el interior de la ciudad. Hoy lo ha vuelto a hacer.
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Era domingo, entre las nueve y media y las diez de la noche. Duró poco tiempo, pero fue muy intenso, arrasando a su paso cuantas cosas encontraba. El tornado se hizo notar primero en la barriada Bonaire, atravesó la avenida de Europa y se adentró en la barriada Nuevo San Andrés, donde causó los mayores estragos, continuó hacia el polígono San Rafael y bajó a la avenida Juan XXIII. Tras recorrer calle La Unión llegó a la estación de autobuses, donde levantó todo el techo metálico de las instalaciones, pasó por la plaza de la Solidaridad y desapareció a la altura del puente de la Esperanza.
En el trayecto arrasó con todo. Los cristales de las ventanas se hacían añicos, los árboles se desplomaban sobre aceras y calzada reventando vehículos, los cierres de aluminio de las terrazas salían de cuajo, techumbres metálicas volaban por los aires, se desplomaban aparatos de aire acondicionado, ladrillos y cornisas se desprendían de los edificios... Y todo ello seguido de una gran tromba de agua que causó inundaciones en varios sectores de la ciudad. Aquel día en Málaga reinó el caos. Hubo también cortes en el suministro eléctrico.
Gabinete de crisis
Aquel 1 de febrero, el Ayuntamiento creó un gabinete de crisis y los servicios municipales -Policía Local, bomberos, servicios operativos, servicios sociales, Limasa y Emasa- se echaron por la noche a la calle para auxiliar a los afectados y retirar de la vía pública los restos que había dejado el tornado. Se reaccionó con prontitud para restablecer cuanto antes la normalidad .«Es impresionante», comentaba el alcalde, Francisco de la Torre, que se desplazó de inmediato a las zonas más perjudicadas.
Han pasado cinco años pero a los vecinos de Nuevo San Andrés les ha quedado una huella psicológica. Muchos cuentan que cuando sopla un poco más de aire de lo habitual temen que se repita aquel viento giratorio e impetuoso que destrozó la economía de cientos de familias humildes. A la gente no se le ha olvidado lo que ocurrió aquella noche. «No quiero hablar de ello. El sufrimiento que hemos pasado ha sido horroroso» comentó un año después del suceso el presidente de la mancomunidad de la barriada, Francisco Sánchez García, en una entrevista a SUR.
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De las 900 familias perjudicadas de esta barriada por el efecto del tornado, solo 500 tenían aseguradas sus viviendas.
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