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La Alameda Principal, el siguiente destino del metro.
La difícil travesía del metro hasta el Centro

La difícil travesía del metro hasta el Centro

Las obras tendrán que enfrentarse a retos como el tráfico en la Alameda, el río Guadalmedina, la convivencia con la Semana Santa, el respeto a los ficus y la aparición de restos arqueológicos

Ignacio Lillo

Viernes, 19 de septiembre 2014, 02:02

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Nunca 300 metros de túnel darán para tanto. El lunes se conocieron las constructoras que competirán por ejecutar, a partir de principios del año próximo, el tramo del metro desde el puente de Tetuán hasta la mediación de la Alameda Principal. Las obras se tendrán que enfrentar a una extensa lista de retos, entre los que destaca la necesidad de acometer unos desvíos con capacidad suficiente para canalizar la circulación de uno de los puntos con más tráfico de la ciudad. Pero no es el único: es necesario atravesar el río Guadalmedina por debajo del cauce, con el consiguiente riesgo de avenidas durante el invierno; prever la posible afección a los plazos, en el caso de que aparezcan restos arqueológicos. El respeto a los ficus y la convivencia con la Semana Santa.

Los primeros seis meses, a partir de la adjudicación del concurso, prevista para noviembre, serán de desvío de los servicios afectados (luz, agua, gas, telefonía, etc). Será por tanto a partir del próximo verano cuando comiencen los cambios sustanciales.

Sobre el tráfico, el concejal de Movilidad, Raúl López, aclaró que las alternativas se están estudiando de nuevo, ya que las que se establecieron inicialmente preveían la llegada hasta La Malagueta. Pero también por la experiencia, que dicta una duración real de los cortes muy superior a la prevista. «Estamos en negociaciones con la Junta y serán vecinos y residentes los primeros en conocerlos».

Aunque inicialmente el mayor peso recaía sobre la Alameda de Colón como eje alternativo, este planteamiento se va a modificar, y el edil confirmó que se está estudiando también una nueva ruta de desvío hacia el Norte, por la avenida de la Rosaleda y Carretería, de manera que no recaiga todo el peso de la circulación hacia el eje Sur. «Los desvíos se tienen que repartir siempre que haya alternativas».

Sobre la intervención en el Guadalmedina, el lateral Norte del puente de Tetuán se derribará para hacer el paso subterráneo, por lo que el tráfico se mantendrá en ambos sentidos por el otro tablero. Además, habrá que cortar los falsos túneles que hay a cada lado del cauce. Esta fase se prolongará al menos durante 13 meses. Sólo los muros-pantalla en el lecho del río tardarán ocho, por lo que se plantea dejar esta fase hasta la primavera, para minimizar el riesgo de riadas.

Una vez en el interior de la Alameda, el subsuelo depara posibles sorpresas. En el aspecto arqueológico, el principal es la cimentación del fuerte de San Lorenzo, que ocupaba un amplio espacio entre las calles Ordóñez y Torregorda. A ello, se une el riesgo de que aparezcan pecios (barcos hundidos)romanos o fenicios, ya que en esta zona se encontraba el puerto en la antigüedad. A ello, se suma la baja calidad de los terrenos, ya que se ganaron al mar mediante rellenos, lo que los convierte en poco estables. Este escollo se solucionará mediante inyecciones de hormigón de refuerzo.

Conservar los ficus

Otro de los retos al que se enfrenta la obra, y uno de los que más preocupan a los ciudadanos, es la conservación de los ficus, para lo que se ha adaptado el sistema constructivo. El cajón se construirá a siete metros de los troncos, y el corte y tratamiento de las raíces se hará mediante especialistas. Además, se utilizarán pantalladoras más pequeñas, para no tocar las copas, y se rebajará la losa superior para permitir el paso del agua freática. No obstante, el profundo estudio de los árboles, que llevó a cabo la Junta al inicio del proyecto, determinó que cuatro de los 24 ejemplares de la zona están en mal estado.

Por último, en lo concerniente a las procesiones de la Semana Santa de 2016 (el único año que estarán afectadas), la constructora que resulte elegida estará obligada a parar las obras durante diez días, con el desmontaje de los elementos de obra, una pavimentación provisional y el desalojo completo de la superficie; para volver a retomar los trabajos tras las celebraciones. En definitiva, una verdadera carrera de obstáculos para lograr que el metro por fin llegue hasta el Centro de Málaga.

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