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Ana Torres junto a la abogada Yolanda González Guerrero.
«Me engañaron y todo mi sueldo se me iba en pagar la hipoteca»

«Me engañaron y todo mi sueldo se me iba en pagar la hipoteca»

La primera persona con una sentencia firme en contra de su financiera por las cláusulas suelo anima a denunciar a los bancos por esta causa

Alvaro Frías

Domingo, 15 de junio 2014, 00:57

Ana Torres está radiante. Ha vuelto a quedar con su abogada, a la que lleva viendo una y otra vez desde hace años, cuando decidió enfrentarse a la financiera con la que firmó una hipoteca que, entre otros aspectos, contenía una cláusula suelo. Sin embargo, esta visita es diferente. En esta ocasión desprende felicidad y una sonrisa que no se separa de ella, al igual que su pareja, a la que no suelta de la mano.

Los ojos claros de esta malagueña transmiten la alegría que la ha invadido desde que la semana pasada se convirtiera en la primera persona de la provincia en contar con una sentencia firme en contra de una financiera por las cláusulas suelo. Años de lucha, siempre junto a su letrada, Yolanda González Guerrero, de Umalex Abogados, que por fin han dado su resultado.

Para saber bien por todo lo que ha pasado Ana Torres hay que remontarse al año 2008. A sus 29 años y con una hija de cuatro decidió dar un paso adelante en su vida y, con su pareja de entonces, se compró un piso en La Paz: «Justo había empezado a trabajar en mi empleo actual en Ikea y pensé que era el momento de dejar atrás el alquiler».

Explica que fue la inmobiliaria quien le puso en contacto con Credifimo, financiera a la que denunció por la cláusula abusiva. Los problemas llegaron desde el principio. Ana Torres señala que no recibió ningún tipo de información y que únicamente vio el documento de la oferta vinculante y el de la escritura el mismo día en la notaría. «Me hicieron firmar los dos escritos, aunque uno estaba fechado en Madrid siete días antes y yo nunca estuve allí», apunta.

Y es que la falta de información ha sido una de las armas que se han utilizado durante el proceso judicial contra la financiera. Su abogada indica que tampoco le informaron de que tenía que afrontar una cuota final de 30.000 euros.

En los documentos que Ana Torres firmó había un número que le llamó la atención. Era un 4,1 por ciento. Ella pidió que se lo explicaran: «Me dijeron que era el tipo de interés de la hipoteca en ese momento, pero que podía bajar si variaba el Euribor. Me engañaron, no me informaron de que era una cláusula suelo y que de ahí no pasaría».

Explica que durante los primeros años no sospechó nada porque solo pagaba los intereses. Pero con la llegada de la crisis y la bajada del Euribor, comenzó a enviar cartas y documentos a la financiera para preguntar que por qué a ella no le bajaba la hipoteca. Asegura que la respuesta fue contundente. Si tenía alguna duda debía denunciar. En aquel momento rompió la relación con su pareja y tenía ya su segunda hija. Debía afrontar sola todos los gastos. «Tenía que abonar unos gastos totales de 1.300 euros al mes y mi sueldo se me iba solo en pagar la hipoteca, que era de 830 euros», dice.

Se encontraba en una situación complicada, en la que tuvo que recurrir a su familia. Esta malagueña recuerda como su padre ha sido el que ha ido encargándose de hacerle la compra con parte de su pensión y su madre la que, con algunos ahorros, la ha ayudado a afrontar los gastos económicos.

Ana Torres es una luchadora y no quería ver cómo sus padres gastaban en ella todo lo que habían guardado durante su vida para la jubilación. Pasó horas enganchada a internet, fue a reuniones de personas que parecían encontrarse en su misma situación y se plantó en el Colegio de Abogados para solicitar un letrado de oficio y enfrentarse a la entidad financiera.

Ana Torres y su abogada son un equipo. Así lo reconocen ellas. Guerrero insiste en que no olvidará el día que vio llegar a su clienta con una carpeta con más de 500 folios explicando su situación. «Era un torrente de ideas, estaba nerviosa y lo mezclaba todo», apunta.

La abogada se tuvo que poner a estudiar, como ella misma cuenta, ya que no había en Málaga ningún precedente de demanda por cláusulas suelo. Tras muchas horas de trabajo finalmente presentaron el escrito, «sin saber si iba a prosperar, pero con mucha esperanza e ilusión».

La joven lo veía claro: «Si no me daban la razón en este caso tan descarado de atropello, nunca más iba a creer en la Justicia». Recuerda lo mal que lo pasó en el juicio. Estaba muy nerviosa y la noche de antes se había acostado de madrugada preparando la sesión con Ignacio Gálvez, un compañero del despacho de abogados.

Es el único momento que la gran sonrisa de Ana Torres hace un amago de perderse. «Me emociono mucho cuando recuerdo a mi madre declarando ante el juez. Ella nunca lo había hecho, pero fue tan buena que yo creo que enterneció a toda la sala y eso me ayudó mucho. Ella siempre ha sido mi mano derecha y me ha ayudado en todo».

Finalmente el Juzgado de lo Mercantil número 2 impuso una sentencia pionera en la que no solo anulaba la cláusula suelo, sino que condenaba a la financiera a devolverle el dinero cobrado de más.

Sentencia pionera

Pero la sentencia del mercantil de 2011 fue recurrida y hasta el pasado mes de marzo la Audiencia Provincial no se pronunció al respecto. Era la primera vez que lo hacía y falló a favor de Ana Torres, ratificando la resolución ya emitida.

La entidad financiera siempre había recurrido, pero en esta ocasión, pese al anuncio de que iba a hacerlo ante el Tribunal Supremo, finalmente no ha abonado las tasas judiciales. Es por ello que esta joven malagueña ha sido la primera en contar en la provincia de Málaga con una sentencia firme por las cláusulas suelo.

La semana pasada se enteró. Estaba con sus hijas y no escuchó las decenas de llamadas que su abogada le había hecho. Insiste en que no se ilusionó mucho al principio: «Antes me volvía loca, pero a los tres días siempre me decía Yolanda que habían recurrido y era un palo».

Esta vez no ha pasado. Ahora la vida de estas dos mujeres ha cambiado. Yolanda Guerrero coordina los asuntos de derecho bancario y de formación de los letrados en el Colegio de Abogados. Además a su puerta no dejan de llamar los clientes para pedirle ayuda. Muchos de ellos se los manda Ana Torres: «Hay mucha gente afectada. Yo les digo que denuncien, que se puede ganar a los bancos».

Cuando le ingresen el dinero que ha estipulado el juez que le corresponde, esta malagueña no piensa en grandes viajes. Dice que su vida no va a cambiar. Lo que ha pasado en su caso es un camino que esperan seguir miles de personas afectadas por las cláusulas suelo. Les ha dado esperanza. Señala que ahora podrá vivir más tranquila y hacer algo que esperaba desde hace mucho tiempo: «respirar».

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