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El primer ministro británico, Boris Johnson, sale de la residencia oficial en el número 10 de Downing Street. EP
Los 'tories' británicos tropiezan en la apertura de la campaña

Los 'tories' británicos tropiezan en la apertura de la campaña

El 'premier' conservador, Boris Johnson, afronta la dimisión de un ministro y denuncias de juego sucio

lourdes gómez

Londres

Miércoles, 6 de noviembre 2019, 22:25

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A traspiés arrancó este miércoles la campaña de los conservadores británicos. El líder y primer ministro, Boris Johnson, fue por la mañana al palacio de Buckingham a informar a la reina Isabel de la disolución del Parlamento de Westminster y, antes de regresar a Downing Street, trascendió la dimisión de un miembro de su gabinete. Alun Cairns renunció a su cargo como ministro de Gales para defenderse de las «continuas especulaciones» sobre su responsabilidad en el «sabotaje» del proceso judicial en un caso de violación sexual de una mujer. Johnson aceptó la renuncia, pero guardó silencio sobre la baja ministerial cuando minutos después declaró oficialmente abierta la carrera electoral.

Cairns dimitió del Gobierno, pero quiere intentar renovar su escaño en las legislativas del 12 de diciembre. «No se puede ser cómplice en el intento de sabotear el juicio de una violación y tratar de eludir las consecuencias. Ha demostrado que no está capacitado para un puesto ministerial y su conducta tampoco es apropiada para un parlamentario», protestó el Partido de Gales (Plaid Cymru). El laborista Jeremy Corbyn cuestionó si el político conservador «tiene el derecho moral para presentarse a los comicios».

LAS CLAVES:

  • Contra el Parlamento. El mandatario culpa a Westminster de impedir el 'brexit' y forzar el nuevo retraso de tres meses

Mientras, una presentadora del informativo Sky News dejó vacante una silla en el estudio de televisión que debía ocupar el presidente de los conservadores, James Cleverly. Había una larga lista de pasos en falso y jugadas polémicas que provocaron el supuesto plantón. Reprochan al equipo del primer ministro de difundir 'fake news' en las redes sociales manipulando el vídeo de una entrevista en la que el laborista Keir Starmer explica la posición del 'brexit'. Por otra parte, el millonario 'tory' Jacob Rees-Mogg atormentó a los familiares de las víctimas del incendio de Grenfell al sugerir que él habría ignorado la instrucción de los bomberos de no evacuar el edificio. «Los conservadores deben de pensar que las víctimas del incendio de Grenfell murieron porque no tuvieron el sentido común de salvarse», denunció Corbyn uniéndose al eco de críticas.

Johnson incidió este miércoles en dos flancos de su estrategia electoral. Culpó al Parlamento de impedir la salida de la Unión Europea y de forzar un nuevo retraso de al menos tres meses, hasta el 31 de enero de 2020. «Yo no quiero elecciones anticipadas. Nadie quiere celebrar comicios en diciembre. Pero llegamos a un punto en que no había otra opción, porque nuestro Parlamento está paralizado y lleva tres años y medio atrapado en el atolladero», dijo después de su audiencia con Isabel II.

Stalin y el laborismo

Los conservadores perdieron la mayoría en las elecciones anticipadas de 2017, que convocó Theresa May, cuando los sondeos le daban amplia ventaja en intención de voto. Su sucesor expulsó del grupo parlamento a centristas y europeístas moderados, triplicando la minoría que heredó al tomar el timón en julio de 2019. Con Johnson, los conservadores sacan entre 10 y 12 puntos a los laboristas en las encuestas.

Manifestantes con eslóganes antirracistas se enfrentaron a Johnson cuando se dirigía al centro de convenciones de Birmingham, donde protagonizó su primer mitin de la campaña. La indecisión de Corbyn sobre el 'brexit', el programa laborista de privatizaciones, la prometida subida de impuestos al 5% de las rentas más altas del país, centraron la segunda línea de ataque del dirigente conservador. El tono de la contienda lo expuso en una columna en el diario 'The Telegragh': «La tragedia de los laboristas bajo Jeremy Corbyn es que detestan el afán de lucro. Pretenden que odian únicamente a ciertos multimillonarios y les apuntan con el dedo con un placer y un rencor no visto desde que Stalin persiguió a los kulaks».

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