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Un tercio de los clientes de Thomas Cook habrán sido hoy repatriados

Un tercio de los clientes de Thomas Cook habrán sido hoy repatriados

El Gobierno español se puso en contacto con el británico para salvar a la compañía, pero ya era demasiado tarde

Iñigo Gurruchaga

Londres

Miércoles, 25 de septiembre 2019, 16:57

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El Gobierno británico espera haber repatriado hoy cerca de un tercio de los clientes de Thomas Cook que se han quedado sin vuelo de regreso a su aeropuerto de partida tras la quiebra de la compañía turística el pasado lunes. La operación organizada por la Autoridad de Aviación Civil(CAA) quiere terminar en dos semanas el rescate de los 150.000 pasajeros, en 50 países.

La continuidad de las actividades del Parlamento, tras la sentencia del Tribunal Supremo que declaró este martes ilegal su suspensión, ha permitido que el ministro británico de Transportes, Grant Shapps, ofrezca en la Cámara de los Comunes información sobre la situación actual y sobre el contexto y las consecuencias de la quiebra, en la madrugada del lunes.

En los dos primeros días habrían sido repatriados unos 30.000 pasajeros mediante la contratación por la CAA de 165 vuelos y al final de este miércoles unos 70 vuelos habrán transportado a otros 16.500. El Gobierno británico se ha puesto en contacto con 3.000 hoteles para garantizar que cobrarán el importe debido por Thomas Cook por su estancia.

La repatriación, que es la de mayor escala emprendida por la CAA, tendrá un coste superior a los 100 millones de euros y el Gobierno intentará recuperar parte de los costes del fondo creado para este tipo de eventos por la asociación de organizaciones de transporte aéreo, ATOL, y de las compañías aseguradoras y tarjetas de crédito que cubrían el riesgo.

Llamada tardía

El ministro Shapps ha revelado, a preguntas de la oposición laborista, que el Gobierno español se puso en contacto con el británico para estudiar la evitación de la quiebra, pero la comunicación llegó cuando Thomas Cook había presentado ya la declaración de quiebra y los pasos de la gestión de su insolvencia habían comenzado.

Shapps ha explicado a los diputados que el Gobierno rechazó la petición por Thomas Cook de unos 160 millones de euros para evitar la quiebra, porque «no vimos ninguna garantía de que la inyección de dinero que se nos pedía garantizase el futuro de la compañía y creímos que al final tendríamos que enfrentarnos también al coste de la repatriación».

En mayo, el entonces ministro de Transportes presentó en el Parlamento un informe para iniciar los pasos que desembocasen en una nueva ley reguladora de la insolvencia de compañías aéreas y operadores turísticos. La idea no avanzó más allá de ese paso preliminar, pero la quiebra de Thomas Cook impulsará una nueva ley.

La diferencia entre lo ocurrido en Alemania, que ha inyectado dinero para salvar a la línea aérea Condor- parte de Thomas Cook-, y la situación en Reino Unido ha sido explicada. Mientras que, en Alemania, los clientes hacen más reservas en las oficinas de agencias de viajes- Condor daba beneficios-, el uso de internet para las reservas es más extendido entre los británicos, que es la razón más importante en la bancarrota de una compañía que había invertido en oficinas comerciales en la última década.

La legislación alemana sobre la quiebra es también diferente. Permite a los aviones de la compañía seguir operando, facilitando una repatriación ordenada. La legislación británica que se quiere cambiar deja todos los activos de la compañía quebrada en manos de los administradores y al Gobierno- y al contributente- teniendo que alquilar aviones para el rescate de pasajeros abandonados.

«Es un momento extremadamente triste», ha dicho Shapps sobre la casi segura desaparación de una empresa y marca comercial con casi dos siglos de historia. El Gobierno ha abierto una investigación sobre la causa del fracaso de la compañía y sobre la conducta de sus gestores, que se repartieron bonos multimillonarios camino de la bancarrota.

La investigación también cubrirá la actuación profesional de las dos firmas auditoras, PwC y EY, que han certificado en sus informes sobre las cuentas anuales que Thomas Cook podría operar el año siguiente. La emergencia de deudas y de pérdidas operativas que no habían sido antes contabilizadas adecuadamente pone en cuestión el papel de las dos firmas.

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