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El canciller austriaco, Sebastian Kurz, durante una comparecencia este lunes
Kurz se sacude el lastre de los ultras al ver que sube en intención de voto

Kurz se sacude el lastre de los ultras al ver que sube en intención de voto

Todos los extremistas del FPOE dejan el Gobierno de Austria por la decisión del primer ministro de echar al titular de Interior, encargado de investigar el vídeo comprometedor

Juan Carlos Barrena

Corresponsal en Berlín (Alemania)

Lunes, 20 de mayo 2019, 19:48

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Después de largas horas de espera e incertidumbre para una decisión esperada, el canciller federal y presidente del Partido Popular Austríaco (OEVP), Sebastian Kurz, remató ayer la ruptura con los populistas del Partido Liberal (FPOE) y solicitó ante el presidente de la república alpina, Alexander van der Bellen, el cese de su titular de Interior, el ultraderechista Herbert Kickl, al considerarlo el menos adecuado para dirigir la investigación de la llamada 'Causa Ibiza'. Kurz asumió con ese paso el final definitivo de la coalición de conservadores y extremistas de derecha, sin contar ya con sus socios para gobernar en funciones hasta los comicios legislativos adelantados para el próximo septiembre.

Hace falta «completa transparencia» y una «investigación íntegra» para aclarar el escándalo protagonizado por Hans-Cristian Strache, hasta el pasado fin de semana presidente del FPOE y vicecanciller federal, obligado a dimitir después de la difusión de un vídeo rodado en la isla balear en verano de 2017 en el que ofrece a una presunta oligarca rusa generosos contratos de obras con el Estado y el control de influyentes medios austríacos a cambio de ayuda financiera para la campaña electoral de su formación en otoño de aquel año.

El lunes comenzó con la amenaza de los populistas de retirar al resto de los miembros del FPOE del Gabinete ministerial, entre ellos los titulares de Exteriores, Defensa y Asuntos Europeos, si Kurz osaba despedir a Kickl. El propio titular de Interior y quien iba a suceder a Strache en la vicecancillería federal, el hasta ahora ministro de Transportes, Nobert Hofer, se encargaron de advertir de las consecuencias del posible cese en sendas ruedas de prensa, convocadas ayer por la mañana y por la tarde, para presionar al líder de los conservadores y subrayar los presuntos méritos de su formación en los 18 meses de Gobierno común.

Ejecutivo de tecnócratas

Adelantándose a la marcha de todos ellos, Kurz comunicó a última hora de la tarde que había consensuado con Van der Bellen sustituir a los seis ministros del FPOE hasta los comicios generales por expertos independientes y altos funcionarios para formar un Ejecutivo de tecnócratas. El jefe del Gobierno austríaco aseguró que había esperado toda la jornada sin éxito la renuncia de Kickl y que, «por decencia personal», había comunicado antes que a nadie al propio interesado la decisión de prescindir de sus servicios.

Sebastian Kurz afirmó que el propio FPOE se había «dañado de manera masiva» con la actuación de su ya expresidente y la reacción de sus dirigentes ante el escándalo. También «el país ha sufrido un gran daño» en su imagen internacional, comentó el jefe del Gobierno. En una comparecencia matutina había hablado también de «consecuencias penales» por el vídeo para Strache por presunto abuso de poder y por sus intenciones corruptas. Preguntado por la larga espera para destituir a Kickl, subrayó que «la decisión de convocar elecciones, de despedir a un ministro, son pasos que hay que reflexionar con sumo cuidado a la hora de elegir el lugar y el momento para darlos».

Entretanto, el escándalo que atenaza al decano entre los partidos populistas europeos podría tener un alcance aún mayor. La televisión pública local ORF reveló ayer denuncias de «un conocido empresario austríaco» sobre la existencia de una asociación para camuflar los donativos ilegales del FPOE y en la que le pidieron que ingresara sus ayudas en 2017 de manera personal tanto Strache como Kickl, este último entonces secretario general del grupo y responsable de administrar los fondos del partido. Se trataría de la asociación 'Austria in Motion', a la que el propio expresidente de la formación populista se refiere en el vídeo comprometedor en su conversación con la presunta oligarca rusa.

Mayoría suficiente

El fín de la coalición de gobierno conservadora-populista y el escándalo que afecta a la ultraderecha ha provocado fuertes movimientos en el panorama político austríaco. Una encuesta urgente realizada por el Instituto Research Affairs por encargo del rotativo 'Österreich' revela que los conservadores de Kurz ganarían 6,5 puntos en unas elecciones inmediatas hasta situarse en un 38% de votos, mientras el FPOE perdería 8 y caería hasta un 18%. Los socialdemócratas se mantendrían estables en un 26%, mientras los centristas de NEOS subirían hasta un 9% y Los Verdes alcanzarían un ajustado 5%.

Ese resultado daría una mayoría suficiente para gobernar a una coalición de conservadores y la derecha liberal de NEOS. La crisis de Gobierno en Austria no ha terminado con la marcha de los populistas. El canciller federal afronta ahora una posible moción de cesura planteada por el FPOE, que podría tener éxito si recibe apoyo suficiente de otras formaciones.

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