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Giuseppe Conte se dirige al Senado italiano para pedir su confianza. REUTERS
El Gobierno italiano supera la moción de confianza pero pierde la mayoría absoluta

El Gobierno italiano supera la moción de confianza pero pierde la mayoría absoluta

El primer ministro, Giuseppe Conte, queda en una posición de gran debilidad, pues salvó la votación en el Senado gracias a los apoyos de los senadores vitalicios

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Corresponsal. Roma

Martes, 19 de enero 2021, 22:59

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Giuseppe Conte tiene tres vidas. El primer ministro italiano comenzó este martes una nueva y difícil etapa política al superar la moción de confianza a la que se sometió en el Senado por 156 votos a favor, 140 en contra y 16 abstenciones, un resultado ajustado y logrado solo gracias al apoyo de varios senadores vitalicios y algunos parlamentarios opositores. Tras pasar el día anterior el examen en la Cámara de los Diputados, donde obtuvo la mayoría absoluta, en la Cámara Alta Conte se tuvo que conformar con la mayoría simple, que pone de manifiesto la debilidad del Gobierno, al que le tocará hacer equilibrios para intentar sobrevivir hasta 2023, cuando concluye la legislatura siempre que alguna otra crisis política no provoque elecciones anticipadas.

Esta nueva fase será la tercera experiencia en el poder para el primer ministro, un desconocido profesor universitario para la inmensa mayoría de sus compatriotas hasta 2018, cuando se celebraron los últimos comicios. Conte comandó primero un Gobierno soberanista y populista formado por la coalición entre el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga, que saltó por los aires en agosto de 2019 cuando rompió la alianza el líder 'liguista', Matteo Salvini. Luego vino el llamado 'Conte bis', un Ejecutivo de carácter europeísta apoyado por el M5E, el Partido Democrático y dos pequeñas formaciones: la izquierdista Libres e Iguales y la centrista Italia Viva, liderada por Matteo Renzi.

LAS CLAVES:

  • Difícil equilibrio. El Gobierno queda ahora a merced de que los senadores de Italia Viva se sigan absteniendo

  • Reproches. Matteo Renzi acusó a Conte de «enrocarse» al buscar una mayoría alternativa en vez de irse

La dimisión la semana pasada de las dos ministras del partido de Renzi abrió la actual crisis, obligando al Gobierno a pasar una moción de confianza en el Parlamento, donde se queda sin mayoría absoluta y a merced de que los senadores de Italia Viva sigan absteniéndose, como hicieron en la votación de este martes. Las transformaciones de Conte para aguantar en el poder pese a los vaivenes de los partidos hicieron que Giorgia Meloni, líder de formación opositora derechista Hermanos de Italia, lo comparara con humor con un barbapapá, el entrañable muñeco que adopta la forma que más le conviene.

Una sesión de trece horas

El Gobierno se salvó en parte gracias al apoyo de los senadores vitalicios, un cargo con el que Italia honra a personajes ilustres y a los expresidentes de la República. Entre ellos estaba el exprimer ministro Mario Monti y Liliana Segre, superviviente del Holocausto. A sus 90 años, Segre irrumpió en la Cámara Alta entre aplausos de los senadores, que la homenajearon por participar en la sesión pese a que los médicos le habían recomendado que no saliera de casa por el riesgo de contagio de coronavirus. No era mal consejo, pues la agotadora sesión duró cerca de 13 horas, con continuas polémicas e incluso dos senadores que intentaban votar presuntamente fuera de tiempo. Conte también logró sumar a sus filas a un puñado de legisladores de grupos ajenos a la coalición gubernamental, entre ellos dos de Forza Italia, aunque fueron insuficientes para alcanzar los 161 votos que marca la mayoría absoluta.

El primer ministro pidió la confianza de los miembros del Senado con un discurso casi idéntico al que leyó el día anterior en la Cámara de los Diputados. Apeló a los «voluntariosos» para que apuntalaran a un Gobierno que «debe estar a la altura» y reivindicó la vocación europeísta y el rechazo del soberanismo. También aseguró que «reforzará» el gabinete y ofreció guiños a los grupos minoritarios, como cuando se comprometió a promover una nueva ley electoral de carácter proporcional. Las palabras más duras se las dedicó a Renzi. «Es complicado gobernar con quien siembra minas y mina continuamente el equilibrio pacientemente alcanzado entre las fuerzas de la coalición», dijo el primer ministro, advirtiendo del peligro de que la crisis política «desemboque en rabia o violencia» por parte de los ciudadanos.

El líder de Italia Viva, por su parte, le acusó de «enrocarse» al buscar una mayoría alternativa en el Parlamento en lugar de dimitir. Aseguró que su partido había sido «demasiado paciente» con el Gobierno y afeó a Conte sus cambios de posición respecto a su primer Ejecutivo con Salvini, cuando defendía el soberanismo y se enorgullecía de su sintonía con el presidente estadounidense Donald Trump. «Cuando se hace política se puede renunciar a un cargo, pero no a una idea», advirtió Renzi.

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