Conte pasa el primer examen al recibir el apoyo de la Cámara de los Diputados

Mañana le tocará la votación en el Senado, donde se presume un desenlace más ajustado debido a que el margen con el que cuenta la coalición es muy estrecho. Será imprescindible el apoyo de un puñado de senadores opositores que estén dispuestos a apuntalar al Ejecutivo, para evitar así la convocatoria de elecciones anticipadas, que en principio no deberían celebrarse hasta 2023. Es posible que Conte tenga que conformarse con una mayoría simple en la Cámara Alta, un resultado suficiente para pasar la moción, pero que dejaría al Gobierno en una posición de gran debilidad.

«Puedo hablar con la cabeza alta», les dijo a los diputados el primer ministro para defender la acción de su gabinete. Respondía así sin nombrarlo a Renzi, que justificó la ruptura por la supuesta ineficacia del Ejecutivo, en particular para aprovechar las ayudas europeas del Plan de Recuperación con motivo de la pandemia. Aunque desde las filas de Italia Viva no han faltado las señales para intentar recomponer el pacto, el primer ministro rechazó de manera tajante esta posibilidad.

«No había necesidad de abrir una crisis en esta fase», comentó, asegurando que por su parte se han realizado «todos los esfuerzos» y ha habido «la máxima disponibilidad» para intentar evitar la ruptura con Renzi, que ha provocado una «profunda consternación en el país». La crisis política, que amenaza con producir «daños notables» y ya ha hecho subir la prima de riesgo, ha abierto una «herida profunda» dentro de la coalición gubernamental, dijo Conte, por lo que «no se puede cancelar lo que ha pasado y recuperar el clima de confianza de antes». Es por ello que el Gobierno «pasa página» con Italia Viva.

Para poder llevar adelante una agenda con una «imprescindible vocación europeísta» y contra las «derivas nacionalistas y las lógicas soberanistas», el 'premier' hizo un llamamiento a las fuerzas «liberales, populares y socialistas». Utilizó incluso un tono de súplica apelando a los «voluntariosos». «A todos los que tienen en el corazón el destino de Italia les pido: ayudadnos a recomenzar con la máxima celeridad», dijo. Sus palabras debieron de surgir un cierto efecto en la Cámara Baja. Pese a las críticas de la opositora derechista Giorgia Meloni, que confesó «avergonzarse» de su súplica, algunos diputados ajenos a la coalición gubernamental votaron 'sí' en la moción de confianza. Entre ellos estaba Renata Polverini, elegida por el partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia, que abandonará «por responsabilidad».

Conte trató de ponérslo fácil a los parlamentarios con vocación de chaqueteros. Ofreció el cargo de ministro de Agricultura, que ocupaba hasta la semana pasada una dirigente de Italia Viva, y se mostró dispuesto a aprobar una nueva ley electoral basada en la proporcionalidad, como exigen los partidos más pequeños. También prometió que delegará en otra persona el control de los servicios secretos, una petición que le había hecho Renzi. Aunque éste anunció la abstención de sus parlamentarios, no puede descartarse que algunos de ellos voten a favor de la continuidad del Gobierno.