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Los fallecidos en el 'crimen de la ballesta' integraban una secta de ocho personas

Los fallecidos en el 'crimen de la ballesta' integraban una secta de ocho personas

El hallazgo de cinco cadáveres hace una semana en Alemania revela la existencia de un grupo mayor, del que aún hay un hombre cuyo paradero se desconoce

Juan Carlos Barrena

Corresponsal en Berlín (Alemania)

Jueves, 16 de mayo 2019, 22:13

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Los tres fallecidos en una pensión de la localidad bávara de Passau el pasado sábado y las dos mujeres encontradas muertas en un piso de Wittingen el lunes de esta semana formaban parte del núcleo de un grupo sectario de ocho personas, cuatro hombres y cuatro mujeres, del que solo dos permanecen con vida, según revelaron este jueves varios medios germanos. Todos compartían su afición por la época medieval, acudían frecuentemente a mercados y ferias dedicados a esa era histórica y vestían rigurosamente de negro.

Los cuatro varones gestionaban además de manera alternativa la escuela de artes marciales y combate con armas históricas Milites Conductius en la localidad palatina de Hachenburg, donde ofrecían cursos para el manejo de la espada, pero también lucha oriental e incluso cursos de costura y confección de vestimentas medievales. Un local decorado con calaveras, un maniquí sangriento y otros objetos siniestros.

Mientras los fiscales encargados del caso y la Policía guardan silencio hasta tener los cabos atados de lo que se ha bautizado ya como el 'crimen de la ballesta', medios alemanes como la cadena de televisión RTL y el semanario 'Focus', aseguran que el cabecilla del grupo era Torsten W., el hombre de 53 años que apareció muerto con varias saetas clavadas en el torso y la cabeza en una habitación de la pensión 'Zur Triftsperre'. El cuerpo estaba tumbado en una cama y agarrado de la mano de su compañera sentimental, Kerstin E., de 33 años y muerta igualmente de un flechazo en el corazón.

A los pies de ambos yacía Farina C., de 30 años, con una saeta clavada en el cuello. La más joven del trío mató presumiblemente a los dos mayores a petición de ellos y luego se suicidó. Dos días después aparecían en la casa de Wittingen donde residía Farina los cadáveres de su compañera sentimental, Gertrud C., de 35 años, y de una amiga común, Carina U., de 19 años. Se desconocen aún las causas de su muerte, pero la Policía presume también un suicido al no encontrarse signos de violencia en el piso.

«Torsten W. era una especie de gurú, que todo lo sabía, al que todos escuchaban y que sabía manipular a la gente», declaró a RTL Rolf Will, un detective que lleva siguiendo al grupo desde 2017 contratado por los padres de Carina U., que intentaron infructuosamente recuperar a su hija. La más joven de la pseudosecta abandonó el hogar familiar con solo 16 años, seducida por Torsten. Carina fue introducida en el circulo por su propio profesor de latín, Philipp W., que se adelantó al resto de sus compañeros al suicidarse ya en 2016 con solo 36 años, al parecer por problemas psicológicos.

Hasta su muerte, Philipp W. mantuvo una relación sentimental con Gertrud C. y fue uno de los gestores de la escuela de Hachenburg. El profesor de latín consiguió presuntamente lavar el cerebro a su alumna y forzar la separación de su familia, hasta el punto de que Carina se fue voluntariamente a vivir a un centro de acogida juvenil hasta el momento en el que cumplió la mayoría de edad. A partir de entonces convivió con Gertrud C. y Farina C.

«Radiantes de optimismo»

El semanario 'Focus' asegura que otros dos hombres no identificados han formado parte del núcleo masculino del grupo, aunque uno de ellos lo abandonó hace un año. El segundo es quien firmó el contrato de alquiler del local en Hachenburg para el negocio común, pero se encuentra al parecer en paradero desconocido.

El detonante de las muertes sigue, entre tanto, siendo un misterio. Los tres fallecidos de Passau regresaban de una feria medieval en una localidad de Austria, donde varios conocidos señalaron que «irradiaban optimismo», aunque fue en ese país donde compraron las tres ballestas que causaron sus muertes.

Además, Torsten W. parecía tener muchos proyectos para ampliar su negocio. En la página de Facebook de Milites Conductius anunciaba nuevos planes, elogiaba la calidad de los que ya ofertaba y adelantaba una iniciativa para «la fabricación individual y personalizada de cuchillos y espadas».

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