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Un hombre desinfecta un café en Colonia para su reapertura. EFE
El desconfinamiento provoca distensiones entre los estados federados alemanes

El desconfinamiento provoca distensiones entre los estados federados alemanes

El primer ministro bávaro, Markus Söder, considera lamentable que se haya abierto una «competición de ofertas» para recortar las restricciones

Juan Carlos Barrena

Berlín

Jueves, 7 de mayo 2020, 19:42

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El primer ministro de Baviera, Markus Söder, ha criticado al resto de sus colegas de otros estados federados alemanes por el precipitado alivio de las restricciones para combatir al coronavirus tras la reunión celebrada el miércoles con la canciller federal, Angela Merkel. La jefa del Gobierno germano y él mismo se mostraron sorprendidos por el hecho de que «desde Semana Santa se está desatando un debate tras otro para recortar las restricciones y una discusión seguida de otra para presentar una estrategia de salida a la pandemia».

En declaraciones a la cadena pública de televisión ZDF, Söder dijo que «esto es algo que lamento». El político conservador bávaro denunció que existe entre los Estados federados una «competición de ofertas» para recortar las restricciones. Sus críticas más duras se dirigieron al 'länder' de Hesse, que ha decidido autorizar reuniones de hasta cien personas, cuando «todo el mundo sabe» que en esos eventos es donde se producen las mayores propagaciones de la enfermedad.

También censuró que en Renania del Norte-Westfalia la gastronomía reabra sus puertas dos semanas antes que Baviera. «No se ha levantado la alarma», subrayó Söder, quien explicó que «por ese motivo Baviera hará las cosas más tarde que los demás».

Además, varios destacados políticos diputados conservadores alemanes del Bundestag y el Parlamento Europeo han exigido del ministro del Interior, Horst Seehofer, la reapertura inmediata de las fronteras y el fin de los controles aduaneros. «Después más de siete semanas debe llegar el fin de las barreras fronterizas en el corazón de Europa», reclaman los parlamentarios, quienes subrayan la necesidad de que todos pasos aduaneros cerrados en las fronteras con Suiza, Francia y Luxemburgo vuelvan a posibilitar el paso, lo más tarde el 15 de mayo.

Desde mediados de marzo Alemania no permite entrar en el país a ciudadanos de otras naciones no residentes aquí. Sólo autoriza el ingreso de mercancías por carretera, el tráfico de los trabajadores transfronterizos y el tránsito de personas que cruzan el país camino de otro estado europeo.

Al margen de debate políticos con la Administración Trump, las comunas y municipios alemanes esperan este año pérdidas financieras derivadas de la crisis del coronavirus de entre 40.000 y 60.000 millones de euros. «Los ingresos fiscales, por ejemplo los que generan las empresas, se están hundiendo de manera dramática», señala Gerd Landsberg, gerente de la Dieta Alemana de Municipios y Comunidades, en declaraciones al rotativo 'Bild'.

También han desaparecido los ingresos de las piscinas públicas, museos o el transporte público de cercanías, destaca Landsberg, quien advierte de que a la vez aumenta apreciablemente el gasto de los servicios sanitarios. «Los presupuestos municipales van a sufrir así pérdidas económicas tan elevadas como nunca se ha visto en la historia de la República Federal», afirma a su vez el alcalde de la ciudad de Leipzig, Burkhard Jung. Landsberg y Jung reclaman del gobierno de Berlín un paraguas de rescate para los ayuntamientos germanos.

LAS CLAVES:

  • Libre tránsito. Parlamentarios conservadores reclaman el fin de los controles aduaneros

  • Déficit de los ayuntamientos. Los municipios denuncian que la crisis les llevará a perder entre 40.000 y 60.000 millones de euros

La pandemia de coronavirus está alterando apreciablemente las costumbres de los consumidores alemanes. Mientras no exista una vacuna contra la enfermedad el 40% tiene intención de utilizar solo de manera excepcional los transportes públicos y prefieren moverse a pie, en bicicleta o el propio automóvil, según una encuesta de la empresa asesora McKinsey. Una vez superada la pandemia, un tercio de los preguntados piensa reducir intensamente sus salidas a cines, teatros o conciertos y un 26% en renunciar por completo a esos entretenimientos. Y un 27% piensa renunciar a todo tipo de viajes, ya sean de trabajo o turísticos, cuando tenga éxito la lucha contra el virus. Un 30% expresó además su intención de recortar al máximo el gasto en productos de lujo o de artículos superfluos.

La aportación a la OMS enfrenta a Berlín y Washington

El coronavirus también ha abierto una batalla externa para Alemania. El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, ha rechazado enérgicamente las críticas germanas a la decisión de Washington de suspender sus aportaciones financieras a la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Nuestra prioridad más elevada es proteger vidas, no los gestos publicitarios y la política mezquina», afirma Pompeo en una carta dirigida al ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, cuyo contenido revela el 'Süddeutsche Zeitung'. Hacen falta «instituciones globales fiables y que funcionen, y no burocracias incapaces y disfuncionales

que se someten a los dictados del Partido Comunista de China a costa de vidas humanas», escribe Pompeo, quien se dirige directamente a Maas con la pregunta «¿Está usted de acuerdo?». En otro punto del mensaje señala que «contamos con usted, Heiko, para protagonizar con nosotros esta lucha por la libertad».

Maas escribió a mediados de abril una carta a Pompeo en la que le pedía que «reflexionara» sobre las consecuencias de la suspensión de las ayudas de su país a la OMS y evitara pasos que pudiesen «debilitar de manera permanente» a las agencias de Naciones Unidas.

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