Borrar
La canciller alemana, Ángela Merkel, junto al presidente francés, Emmanuel Macron, ayer en Toulouse. :: Reuters
La Unión Europea se vacía en esfuerzos para atar el acuerdo del 'Brexit' antes del 31-O

La Unión Europea se vacía en esfuerzos para atar el acuerdo del 'Brexit' antes del 31-O

Bruselas trabaja «hasta el límite» para validar antes de la cumbre de hoy su compromiso con Londres, pendiente del apoyo de Belfast

SALVADOR ARROYO

BRUSELAS.

Jueves, 17 de octubre 2019, 00:10

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Especulaciones, silencio y algún mensaje oficial con reservas. Así se fue construyendo el relato del último tramo de las negaciones del 'Brexit' en un largo e intenso miércoles que al cierre de esta edición apuntaba hacia un principio de acuerdo que, sin embargo, no estaba lo suficientemente amarrado como para ser jurídicamente vinculante. Dicho de otro modo, se está rozando, está ahí. Pero la UE tiene un principio esencial: «Nada está cerrado hasta que está cerrado». Y en este caso, el lío político británico lo vuelve a demorar: los unionistas del DUP, socios parlamentarios de los conservadores, no dan su 'ok' a Boris Johnson. Así que se miraba hacia Belfast. A ello se sumaban detalles técnicos que se perfilaban para esta solución de último recurso, que se basa en controles aduaneros duales en el mar de Irlanda. Ejemplo, el IVA.

Y todo en vísperas de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que arranca hoy en Bruselas. Una reunión del Consejo Europeo que tiene agendado tratar el 'brexit' por la tarde, lo que implica que la negociación multidireccional (Londres-Bruselas-Dublín-Belfast) se apurará hasta el límite. Las opciones, varias.

La primera. Con un trato definitivo, se debería iniciar una tramitación de urgencia para su aprobación por los líderes y la posterior ratificación parlamentaria. Aparentemente, para eso podría no haber tiempo aunque la noche se presumía larga.

Escenario 2. De no cerrarse un texto legal -los cambios fundamentales afectarían al protocolo específico para Irlanda con alguna modificación «de fechas» en el Acuerdo de Retirada-, los líderes asumirían que los avances son sustanciales, se agarrarían a «los puntos de encuentro» y animarían a seguir negociando. En el horizonte, cumbre extraordinaria antes del 31 de octubre y eventual prórroga técnica mientras.

Y tercera opción: no hay acuerdo y antes del sábado o ese día, Boris Johnson se vería obligado a solicitar la extensión del Artículo 50 cumpliendo con el mandato de Westminster de evitar el divorcio traumático. Difícil que las capitales le dijesen que no aunque este paso, en clave interna británica, abriría las puertas a unas elecciones.

Si se ha llegado a este punto de encuentro ha sido porque Dublín y Londres han tenido que hacer concesiones. La primera aceptó lo que durante muchos meses venía rechazando, que la salvaguarda para Irlanda tuviera fecha de caducidad. Habría asumido en cierta manera la fórmula de Johnson de cuatro años (2021-2025) ampliable por un periodo similar si así lo decide la Asamblea de Irlanda del Norte. Reino Unido, por su parte, se ha rendido a asumir que debe alinear su provincia con las normas comunitarias y establecer controles no intrusivos.

¿La fórmula menos agresiva? En el mar de Irlanda. En suma, lo que May no aceptó hace un año y Johnson con sus acólitos del sector duro del conservadurismo consideró casi diabólico. Una solución que se dinamitó entonces por 'leerse' como una división entre las islas británicas.

Las señales de acuerdo «inminente» llegaron ya la madrugada del martes al miércoles, cuando los negociadores de Londres y Bruselas se iban a descansar con el compromiso de volver de día. La negociación no había colapsado y los avances eran tan importantes como para anular el ultimátum deslizado la víspera de que tenía que cerrarse un documento legal la noche del martes.

A las 12.30 horas la Comisión Europea corroboraba la tesis positivista: las negociaciones técnicas seguían en marcha, eran «constructivas», pero quedan «puntos significativos» por resolver. Simplificando: se mantenía la línea del «posible», pero «difícil» del día anterior.

Desde Dublín llegaba alguna pista de lo que estaba pasando. El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, tras conversar con 'BoJo' se refería al «mecanismo de consentimiento y a algunos problemas relacionados con las aduanas y el IVA». Lo primero era una derivada política que apuntaba hacia los unionistas norirlandeses del DUP. Pedían la opción de poder vetarlo en 2020 y todo el control para renovarlo si se llevaba a efecto. Y lo segundo, al IVA.

Irlanda del Norte tendría el gravamen comunitario para el eje comercial Ulster-UE pero, al mismo tiempo, eso debe compatibilizarse con el mecanismo impositivo de la ruta doméstica. Barnier abandonó la reunión con un «estamos trabajando, estamos trabajando». Desde Toulouse, tanto Angela Merkel como Emmanuel Macron lo remarcaban: «el acuerdo se está cerrando».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios