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Turquía amenaza otra vez con los refugiados

Erdogan chantajea con tres millones de desplazados para que la UE deje de considerar como invasión su operación en Siria

MIKEL AYESTARAN

JERUSALÉN.

Viernes, 11 de octubre 2019, 00:02

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Toda guerra tiene varios frentes y mientras los soldados de Turquía, acompañados de milicianos del Ejército Nacional Sirio, atacan el norte de Siria, Recep Tayyip Erdogan abrió el frente diplomático para arremeter contra las voces críticas con la operación 'Manantial de paz'. Un Erdogan enfadado recurrió a los refugiados sirios para disparar contra Bruselas y amenazó con «abrirles las puertas» para que lleguen a suelo europeo. «¡Eh, Unión Europea! No pueden etiquetar nuestra operación como invasión», defendió el líder islamista antes de asegurar que si la UE no deja de usar este término «abriremos las puertas y enviaremos a los 3,6 millones de refugiados» sirios. Los mismos a los que el presidente piensa realojar en la «zona de seguridad» que quiere establecer a lo largo de la frontera.

Tras la oleada de refugiados sirios del verano de 2015, la UE y Ankara llegaron a un acuerdo por el que los turcos se comprometieron a controlar los flujos de desplazados hacia territorio comunitario a cambio de la liberalización de los visados y ayudas de hasta 3.000 millones de euros. Erdogan acusó a los europeos de «mentir» y no cumplir con su parte del pacto y denunció la espera de 40 años de su país para poder entrar en el club comunitario.

Pese a las amenazas del líder turco, la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, reclamó el cese de la acción militar en el norte de Siria. «Cometeríamos un error si ahora cuestionáramos las ayudas a las agencias internacionales que atienden a los desplazados y las vinculáramos a los movimientos militares», advirtió Mogherini, para recordar después que «la UE no financia a las autoridades turcas, sino a las agencias internacionales».

Otra voz de peso en Europa que no reculó ante las amenazas de Erdogan fue la del presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien condenó «con la mayor firmeza posible la ofensiva militar unilateral en Siria» y alertó de que Turquía «asume el riesgo de ayudar al Estado Islámico a reconstruir su califato».

Para gran parte de la comunidad internacional, incluidos compañeros de partido de Donald Trump, se trata de una «invasión». Erdogan lo califica de «operación para eliminar el terrorismo». El discurso del presidente pretendía ganar apoyo y por ello se dirigió directamente a los países de la OTAN, de la que Turquía es miembro, y especialmente a EE UU, porque «no aceptamos que elijáis a una organización terrorista antes que a Turquía».

El Gobierno de Ankara considera «terroristas» a las Unidades de Protección Popular kurdas (YPG), que encabezan las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) que hasta la semana pasada eran las principales aliadas de Washington en la lucha contra el grupo yihadista, un combate ahora en el aire. Las YPG son el brazo sirio del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) con el que Ankara lleva décadas en guerra.

Rusia se alinea con Ankara

Además de Bruselas, el presidente turco también tuvo palabras especiales para Arabia Saudí, que «cada día mata a civiles en Yemen», o Egipto, cuyo presidente, Abdelfatah el-Sisi, es un «asesino». Ambos países condenan el movimiento militar turco en el norte de Siria.

Mientras la ofensiva avanza, en los despachos no paran los movimientos para adecuarse a la nueva situación generada por la retirada de EE UU de una zona tan importante de Siria. El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, adelantó que «vamos a defender la necesidad de un diálogo entre Turquía y Siria» y se mostró comprensivo con Erdogan y sus «preocupaciones legítimas sobre la seguridad de sus fronteras». Todo lo contrario que el primer ministro en funciones de Israel, Benjamín Netanyahu, quien condenó «firmemente la invasión turca» y ofreció «asistencia humanitaria al valiente pueblo kurdo».

La dureza de Erdogan hacia el exterior se multiplica en casa, donde la mayoría de partidos y medios de comunicación cerraron filas en torno a la invasión. No hay espacio para voces discordantes cuando se trata de seguridad nacional y 21 personas fueron detenidas y docenas, incluidos cinco diputados opositores, están siendo investigadas por criticar la operación. Entre los detenidos figuran los editores de la versión 'online' de dos periódicos turcos críticos con el Gobierno, Hakan Demir y Fatih Gökhan Diler. Las purgas son continuas desde el intento de golpe de 2016.

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