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El líder norcoreano Kim Jong-un recibe en Pyongyang al encargado de las relaciones internacionales del Partido Comunista Chino, Song Tao. :: reuters
Trump y Kim ultiman su histórica cumbre

Trump y Kim ultiman su histórica cumbre

El futuro secretario de Estado Mike Pompeo se reunió la semana pasada con el líder norcoreano para consensuar los detalles del encuentro

MERCEDES GALLEGO

NUEVA YORK.

Jueves, 19 de abril 2018, 00:03

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Los rumores eran fuertes y, por definición, distorsionados. Apuntaban incluso a que el propio Donald Trump se habría reunido ya en secreto con el líder norcoreano, Kim Jong-un, hasta que el presidente decidió dar la noticia él mismo. Fue Mike Pompeo, el director de la CIA nominado para secretario de Estado, el que viajó a Pyongyang «la semana pasada» para sentar las bases de un encuentro que solo tiene como precedente el de Margaret Albright con Kim Jong-Il, padre del actual presidente norcoreano, en octubre de 2000. «La reunión fue muy bien y se forjó una buena relación», tuiteó ayer Pompeo. «Los detalles de la cumbre se están discutiendo ahora. La desnuclearización será algo grande para el mundo, ¡pero también para Corea del Norte!», añadió.

El paso confirma la seriedad del encuentro convocado, que muchos recibieron con escepticismo dado el talante caótico e imprevisible de ambos líderes. Se han barajado ya un puñado de ubicaciones, desde Suecia hasta Mongolia, sin que se haya decidido ninguna. Las europeas supondrían un largo vuelo para el líder norcoreano, que nunca se ha reunido con otro líder mundial salvo con Xi Jinping el mes pasado, a tiro de tren blindado. La zona desmilitarizada entre las dos Coreas pondría a Trump en los escalones de Kim Jong-un, cuando al autor de 'El arte del trato' le gusta negociar en posición de fuerza.

Amparo de la CIA

Mike PompeoAmbos países estudian un puñado de ubicaciones para la entrevista, que tampoco tiene aún fecha

Su estilo poco ortodoxo para este encuentro histórico ha quedado de manifiesto con el envío de Pompeo antes incluso de que el Senado le confirmado como jefe de la diplomacia estadounidense. El actual director de la CIA ha utilizado los canales de esa organización de espías, dejando a un lado a los diplomáticos de carrera del Departamento de Estado. El clima puede haber sido amistoso, pero Pompeo ha vuelto con las manos vacías. Ni un rehén norteamericano ha sido liberado como gesto de buena voluntad.

Corea del Norte tiene en sus celdas a tres estadounidenses. Si han seguido los pasos de Laura Ling, una periodista detenida en 2009; Tony Kim, profesor de universidad arrestado en el aeropuerto cuando abandonaba el país; Kim Hak-song, otro profesor universitario de Ciencia y Tecnología que había estado haciendo trabajos agrícolas; y Kim Dong-chul, un hombre de negocios condenado a diez años de trabajos forzados, se encuentran en una celda de dos por tres metros sin ventanas. Kenneth Bae, un misionero que vivió antes que ellos esa experiencia escribió que le interrogaban cada día durante quince horas «desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche» .

Presumiblemente Kim Jon-un se los guarda para las negociaciones de desnuclearización, donde tendrá que dar mucho más que eso. Trump quiere apuntarse grandes medallas de paz mundial como esta y la paz entre palestinos e israelíes para ganarse el respeto de otros líderes.

Hasta ahora de lo que más habla la visita de Pompeo es de cómo este excongresista del Tea Party se está convirtiendo en el hombre de confianza del presidente, tras darle en persona los 'briefings' (resúmenes) de inteligencia cada mañana durante más de un año. Junto a John Bolton, el nuevo asesor de Seguridad Nacional, Trump parece haber encontrado al fin a su equipo.

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