«Si tose y ha estado en un país afectado por el coronavirus, no vaya al ambulatorio»

Italia trata de aprender a convivir con el coronavirus, una epidemia que ayer hizo acto de presencia en el sur del país, cuyos habitantes se habían librado hasta el momento de esta enfermedad que deja 11 muertos y 322 contagiados, la mayoría en las ricas regiones norteñas de Lombardía y Véneto. Todos los fallecidos son personas de edad avanzada que ya sufrían graves problemas de salud y que dieron positivo a las pruebas de neumonía COVID-19. Entre los nuevos contagios registrados hay tres en Palermo, los primeros que se confirman en la zona meridional. Los tres infectados son miembros de un grupo de 28 turistas lombardos que se encontraban en Sicilia. Con el fin de ayudar a la contención del brote, las autoridades han enviado al Ejército a la denominada 'zona roja', que comprende los once municipios afectados de Lombardía y Véneto, con 50.000 habitantes en cuarentena. Los militares, desplegados desde la madrugada de ayer, vigilan que nadie entre o salga del área que concentra la epidemia. Un total de 124 carabineros colaboran en este objetivo con las tropas.

En Francia, el primer país europeo en el que se detectaron casos de coronavirus, las autoridades confirmaron ayer los contagios de una mujer china en París y un ciudadano francés que había visitado Lombardía en fechas recientes. Todavía se espera el resultado de otras personas que han estado en Italia y presentan síntomas. Hay 108 hospitales preparados para acoger a eventuales pacientes.

En Alemania se mantiene la alerta ante posibles contagios y las autoridades sanitarias son optimistas después de que a mediados de mes se lograra controlar un primer foco de coronavirus con 16 contagios en una empresa bávara. La mayoría han sido dados de alta. El ministro federal de Sanidad, Jens Spahn, señaló ayer que no se puede descartar que el virus se extienda también por Alemania.