Siria obstaculiza la verificación

Cuando el equipo de seguridad llegó al primero de los dos lugares en los que la oposición denunció ataques con armas químicas el 7 de abril «una gran multitud les rodeó y optaron por retirarse», informó el director de la OPAQ, Ahmet Uzumcu. Cuando se aproximaron al segundo punto señalado por los opositores, los enviados de la ONU «recibieron disparos y un artefacto explosivo fue detonado cerca del lugar, por lo que optaron por regresar a Damasco», relató Uzumcu antes de anunciar que, debido al «ambiente volátil» y «los riesgos de seguridad», la OPAQ no puede establecer una fecha concreta para el despliegue de sus investigadores.

Fuentes oficiales sirias confirmaron que «grupos de manifestantes» esperaron a los vehículos de la ONU para mostrar su rechazo al ataque lanzado el sábado por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, y calificaron lo ocurrido de «un mensaje del pueblo» a la misión internacional. Este es un nuevo capítulo de una misión que arrancó el día del bombardeo encabezado por Donald Trump, quien no tuvo tiempo para esperar al informe del organismo tras los vídeos difundidos por la oposición sobre el supuesto ataque con sustancias prohibidas.

La decisión de Trump se se ha convertido también en un argumento para que Rusia anunciara ante la ONU que no hace falta investigación alguna sobre el ataque con armas prohibidas porque Estados Unidos y sus aliados ya han actuado como «jueces y ejecutores». El director del equipo de rescate de los 'cascos blancos', organización opositora que cuenta con el respaldo de EE UU y que fue una de las que denunció el ataque de Duma que costó la vida a unas cuarenta personas, declaró a la agencia Reuters en un mensaje enviado desde Turquía que habían «dado a la OPAQ la información exacta» del lugar en el que se enterró a las víctimas». La misión de los expertos es determinar si se produjo ataque, pero sin señalar al autor del mismo.

La misión internacional no avanza, como ocurrió con la previa de observación de la ONU de 2012, que acabó retirándose por las muestras de repulsa por parte de los seguidores del régimen que consideran al organismo internacional como un instrumento en manos de EE UU. Pero la guerra sigue. El Ejército ultima los preparativos para la gran operación contra Yarmuk, último bastión del grupo yihadista Estado Islámico en las proximidades de Damasco,