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«No quiero más oraciones, quiero control de armas»

Desesperada petición a los políticos de EE UU de la madre de un joven que sobrevivió a la matanza de Las Vegas y murió en el tiroteo de California

ERIC THAYER

THOUSAND OAKS.

Sábado, 10 de noviembre 2018, 00:13

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«Mi hijo estuvo en Las Vegas con uno de sus amigos y regresó a casa. No volvió a casa anoche», reflexionó ayer Susan Schmidt-Orfanos, la madre de un veterano de la Marina de 27 años que sobrevivió al tiroteo que causó 58 muertos en octubre de 2017 en la ciudad del Estado de Nevada y es una de las doce víctimas mortales del ataque del miércoles en un bar de Thousand Oaks (California).

La madre de Telemachus Orfanos rechazó los trillados llamamientos de las autoridades, que en estos casos suelen limitarse a trasladar sus «pensamientos y oraciones» a las familias de las víctimas de sucesos en las que tienen un protagonismo devastador las armas de fuego. «No quiero oraciones, no quiero pensamientos, quiero control de armas y espero por Dios que nadie más me envíe oraciones. No más armas», pidió Susan Schmidt-Orfanos en declaraciones a ABC7 News.

La petición desesperada de una madre que acaba de perder a su hijo en el tiroteo número 307 de EE UU desde enero pasado recibió gran atención y solidaridad en las redes sociales. Pero una vez más la reacción de los responsables políticos, con el presidente a la cabeza, resultó decepcionante frente a una sangría de más de 12.000 vidas perdidas por la acción de armas de fuego este año.

Donald Trump envió su solidaridad a las familias de las víctimas y a las fuerzas de seguridad que tuvieron que lidiar con el terrible escenario del bar 'Borderline' la noche del miércoles. Y ayer aludió a los problemas que padecía Ian David Long, el autor del último tiroteo. El mandatario habló de «un cachorro (puppy) muy, muy enfermo». «Fue un marine, estuvo en la guerra, vio cosas malas. Y mucha gente dice que tenía trastorno por estrés postraumático (PTSD)», dijo. Los desórdenes y altercados de Long los conocía la policía local. Su equipo de especialistas en salud mental llegó a evaluar al exmarine de 28 años. Pero este grupo de intervención descartó el PTSD.

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