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Ciudadanos salen a recibir a las fuerzas iraquíes a su llegada al primer barrio en el sur de la ciudad kurda de Kirkuk. :: ahmad al-rubaye / afp
Severa respuesta al referéndum kurdo

Severa respuesta al referéndum kurdo

Las fuerzas iraquíes recuperan en menos de 24 horas el control de Kirkuk en respuesta a la consulta declarada por Bagdad inconstitucional

MIKEL AYESTARAN

JERSUALÉN.

Martes, 17 de octubre 2017, 00:51

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En menos de 24 horas de operación militar, las fuerzas regulares iraquíes, con apoyo de las Unidades de Movilización Popular -milicias chiíes-, lograron recuperar el control de Kirkuk. Tras unos primeros momentos en los que se produjeron ligeros combates al sur de la ciudad, la entrada de las fuerzas leales al Gobierno de Bagdad no encontró resistencia por parte de los peshmerga kurdos, víctimas de la división interna entre sus líderes políticos.

En una escena poco habitual, se vio cara a cara durante varias horas a los peshmerga y a las fuerzas especiales de Irak, socios en la lucha que sigue abierta contra el Estado Islámico (EI) y aliados de Estados Unidos. La coalición internacional que encabezan los estadounidenses se mantuvo al margen de la operación, pidió «contención» a las dos partes y recordó que la prioridad es acabar con los yihadistas.

La región autónoma kurda está pagando muy caro el referéndum de independencia que celebró hace tres semanas y que Bagdad declaró inconstitucional. La pérdida de Kirkuk tiene un valor simbólico y económico incalculable por sus recursos energéticos, pero a esto se suma el bloqueo aéreo que sufre una región a cuyos aeropuertos no pueden llegar vuelos internacionales, el cierre de la frontera por parte de Irán y la fuerte división interna entre los dos grandes partidos históricos.

LA CLAVE A la pérdida de una ciudad con importantes recursos energéticos se suman los bloqueos aéreo y terrestre y la división interna

Los combatientes de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) se retiraron de sus posiciones al sur de Kirkuk entre los insultos y silbidos de la población local, que en un primer momento se lanzó a las calles para intentar frenar la entrada de los iraquíes. Este es el partido del recientemente fallecido expresidente de Irak Yalal Talabani, y era partidario de retrasar el referéndum y hacerlo de forma negociada con Bagdad. Frente a ellos, los peshmerga del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), la formación del presidente Masoud Barzani, principal impulsor de la consulta, se quedaron solos en la defensa de la rica ciudad petrolera y no opusieron resistencia.

«Es una traición en toda regla. La UPK no ha resistido la presión de Irán y por eso se ha retirado de sus posiciones y ha entregado Kirkuk a los chiíes», denunció a este medio un alto cargo del PDK que mostró su preocupación ante la posibilidad de que «esta situación abra las puertas a un nuevo conflicto interno entre los partidos kurdos». Hemin Hawrami, asesor del presidente Barzani, denunció en Twitter «problemas internos y acuerdos ambiguos» que llevaron «a los comandantes a ordenar a sus peshmergas abandonar sus posiciones» ocupadas desde hace tres años.

Conflictos por el petróleo

El avance iraquí llegó desde el sur y en pocas horas se hicieron con la base militar K1, la más importante de la provincia de Kirkuk y lugar del que los propios soldados de Irak huyeron en junio de 2014 cuando se acercaban los yihadistas del EI. También tomaron el control del aeropuerto militar, el cuartel general de la North Oil Company -institución pública a cargo del petróleo- y uno de los yacimientos petrolíferos. Se calcula que los kurdos obtenían más de la mitad del crudo que exportaban cada día -unos 550.000 barriles- de los pozos de Kirkuk, una venta que realizaban sin el permiso de Irak y que era motivo de conflicto entre los gobiernos de Erbil y Bagdad.

Tras la huida de los militares iraquíes en 2014, los kurdos frenaron el avance del Estado Islámico y luego se anexionaron una serie de zonas que consideraban parte del 'Kurdistán histórico' y en las que se pudo votar durante el referéndum. Kirkuk es la zona en disputa más sensible por sus pozos de petróleo y por su carácter multiétnico. Mientras que miles de kurdos de la ciudad salieron en estampida al ver el regreso de las fuerzas de Irak, la población árabe y turcomana recibió con dulces y aplausos a los militares y milicianos que volvieron a izar en la gobernación la bandera nacional.

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