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Sábado, 21 de noviembre 2020, 00:01
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Desde el 1 de enero, en Milán estará prohibido fumar en las paradas de autobuses y tranvías, en los cementerios e instalaciones deportivas. Tampoco se podrá encender un pitillo en los parques si no hay al menos diez metros de distancia respecto a otras personas. Lo decidió el ayuntamiento de la capital económica de Italia con el objetivo de proteger la salud y reducir la contaminación en esta urbe con habituales problemas de polución.
La ordenanza, que prevé la prohibición total del tabaco en las áreas públicas y al aire libre desde principios de 2025, afecta también a los negocios. A partir del 1 de enero de 2022 existirá la obligación de mantener las puertas cerradas en las tiendas y comercios para evitar que se escape el aire fresco o caliente de su interior y conseguir así que no se malgaste energía. No se permitirá a los vendedores ambulantes el uso de generadores eléctricos de gasóleo, mientras que las panaderías y pizzerías que cuenten con hornos de leña solo podrán utilizar madera con el mínimo nivel de humedad, que resulta menos contaminante.
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