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Emmanuel Macron y Donald Trump, el pasado 14 de julio durante la tradicional conmemoración del Día de la Bastilla. :: alain jocard / afp
Macron, la 'french connection' de Trump

Macron, la 'french connection' de Trump

El presidente francés inicia mañana la primera visita de Estado de un líder extranjero al mandatario de EE UU, símbolo de su luna de miel

FERNANDO ITURRIBARRÍA

PARÍS.

Domingo, 22 de abril 2018, 00:40

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Emmanuel Macron tiene una cita muy especial la próxima semana con Donald Trump. El presidente francés va a ser a partir de mañana durante tres días el distinguido huésped de la primera visita de Estado de un dirigente extranjero a su colega estadounidense. El máximo honor protocolario está a la altura de la improbable amistad entre dos mandatarios a los que sobre el papel todo separa, desde los 30 años de diferencia de edad, pero que han forjado una sólida relación personal de confianza tan sincera y respetuosa como sorprendente. El programa nuclear iraní y las relaciones comerciales con Europa se perfilan como las manzanas de la discordia en un viaje con el que París pretende confirmar la condición de único interlocutor europeo fiable a los ojos de Washington, su 'french connection'.

Los inquilinos del Elíseo y la Casa Blanca, vencedores contra pronóstico y sistema tradicional de sus respectivas elecciones presidenciales, acaban de sellar con fuego militar su fluido entendimiento mediante los bombardeos conjuntos de dos países que nunca han estado en guerra a objetivos relacionados con el programa químico de Siria durante la noche del 13 al 14 de abril. Aliada en el combate contra el terrorismo yihadista en Oriente Medio y el Sahel, la extraña pareja calibró la virilidad y el vigor de su compromiso con un legendario apretón de manos cuando se conocieron en persona el 25 de mayo último en Bruselas al margen de la cumbre de la OTAN.

Fueron nueve eternos segundos cronometrados por los escrutadores de aquel pulso entre machos alfa en el que el cuarentón francés aguantó sonriente al quebrantahuesos septuagenario y soltó el último la presión en las extremidades estrujadas. Luego, explicó en el dominical 'Le Journal du Dimanche' que se trató de un momento de la verdad pues «hay que mostrar que no se harán pequeñas concesiones, ni siquiera simbólicas».

LAS CLAVESHabrá una cena en la mansión de George Washington, un acto en Arlington y una entrevista en el Despacho Oval En el Elíseo descartan que se alcancen acuerdos en el transcurso del viaje, que tendrá sobre todo una dimensión simbólica

Consumado el rito iniciático, los dos animales políticos estrenaron su luna de miel con una cena en el restaurante gastronómico Julio Verne de la torre Eiffel acompañados de sus esposas, Brigitte y Melania, con motivo del 14 de Julio, fiesta nacional francesa. Trump quedó tan entusiasmado por el desfile militar en los Campos Elíseos que reclamó a sus consejeros la organización de una parada similar «con caballos» en Washington.

El viaje de los Macron es la devolución de aquella visita fundacional de un idilio institucional resistente a rencillas como la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, el programado traslado de la Embajada norteamericana en Israel a Jerusalén y las medidas proteccionistas de Trump a su acero y aluminio. El programa de agasajos confeccionado por el solícito anfitrión incluye una cena privada en parejas en Mount Vernon, la mansión histórica de George Washington, una entrevista en el Despacho Oval, una cena de Estado en la Casa Blanca y una ceremonia en el cementerio de Arlington.

El presidente francés pronunciará un discurso ante el Congreso, a imagen de todos sus predecesores de la Quinta República con la excepción del socialista François Hollande, y se someterá a un debate con estudiantes universitarios. En su equipaje llevará un retoño de un roble del norte de Francia que va a regalar al ocupante de la Casa Blanca para que lo plante en el jardín como símbolo de la tenacidad de la excepcional amistad entre dos potencias que siempre han combatido en el mismo bando durante 250 años de historia común.

«No me corresponde juzgar»

En vísperas del desplazamiento, Macron grabó el viernes en el Elíseo una entrevista con Fox News que la cadena preferida por el electorado ultraconservador de Trump emitirá esta noche. En los pasajes adelantados confía en inglés que nunca se pregunta si su colega acabará su mandato y que trabaja con él «pues los dos estamos al servicio de nuestros países». «No me corresponde a mí juzgar lo que debería ser su presidente», se escabulle.

Fuentes del Elíseo descartan alcanzar acuerdos en el transcurso de una visita de fuerte dimensión simbólica enfocada a demostrar la solidez de las relaciones franco-estadounidenses. También reconocen que apenas existen señales alentadoras sobre la posibilidad de salvar el acuerdo nuclear firmado en julio de 2015 con Teherán. El 12 de mayo expira el ultimátum de Trump para que se subsanen las insuficiencias del texto con la amenaza de negarse a prorrogar la suspensión de las sanciones contra la república islámica.

En paralelo, la UE libra otra carrera contra el reloj para negociar hasta el 1 de mayo excepciones permanentes a los aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio. En estos dos temas candentes, «Macron no tiene la ambición de influenciar a Trump ya que sabe que no le hará cambiar de posiciones y solo tiene en cuenta a su electorado, sobre todo a unos meses de las elecciones a mitad de mandato», analiza en 'Le Monde' el historiador Thomas Snégaroff.

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