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S. ARROYO
BRUSELAS.
Martes, 15 de enero 2019, 00:03
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Bruselas opta por reafirmarse. Así de sencillo y complejo a la vez. En vísperas de la trascendental votación de los acuerdos del 'Brexit' en Westminster, el Consejo Europeo y la Comisión Europea hicieron pública una carta de cinco folios firmada conjuntamente por Donald Tusk y Jean-Claude Juncker que insiste en tres mensajes sustanciales: lamento por la escisión británica de la UE; el 'backstop' o la salvaguarda que evitaría la frontera en Irlanda del Norte no lo quiere nadie, y no hay renegociación posible de lo ya pactado.
Un 'más de lo mismo' que no puede entenderse como freno de emergencia para evitar el 'no' en el Parlamento británico al Acuerdo de Retirada y la declaración sobre la relación futura, que Londres selló con el resto de socios de la UE a finales de noviembre. Pensar lo contrario, que vaya a tener un impacto neutralizador, sería una ingenuidad. Porque esta nueva pieza en el tablero del 'Brexit', la de las 'garantías adicionales' por escrito que Theresa May no supo concretar en la última cumbre de jefes de Estado y de gobierno, se habría redactado para intentar rescatar algún voto no definido y apuntalar el mensaje de la 'premier' ante la opinión pública. Ni siquiera aportaría tranquilidad a los unionistas del DUP norirlandés, socio clave para el 10 de Downing Street.
Es un gesto, un aporte institucional de buena voluntad que se realiza del modo «más solemne» que puede hacerlo la UE. Se emplea el mismo formato epistolar que, en una primera fase, convenció a España para que levantara su veto por Gibraltar a la cumbre del 25 de noviembre (también hubo cartas de Juncker y Tusk que 'garantizaban' la última palabra de Madrid sobre el Peñón). Entonces el carácter «jurídicamente vinculante» de los textos, que defendía insistentemente Pedro Sánchez, fue rebajado a la nada por la 'premier' británica ante los suyos.
«No estamos en posición de aceptar nada que cambie o sea inconsistente con el Acuerdo de Retirada», se plantea de partida en esta misiva con la que los dos mandatarios europeos responden a la que Theresa May envió también ayer a Bruselas. Esos 585 folios del documento 'vital' del divorcio no se van a tocar. Nada que no supiera ya Londres. Aunque como contrapeso sí se refuerza el «valor legal» de los compromisos que asumieron los líderes de los 27 en su última reunión de 2018 en la capital belga.
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