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Dibujo de parte de los acusados por el ataque a la revista 'Charlie Hebdo' y sus abogados. Benoit PEYRUCQ / AFP
El juicio por el ataque a 'Charlie Hebdo' empieza en París convertido en un proceso al fanatismo

El juicio por el ataque a 'Charlie Hebdo' empieza en París convertido en un proceso al fanatismo

Catorce acusados, tres en rebeldía, encaran cargos por complicidad con los tres yihadistas que mataron en 2015 a diecisiete personas

MIGUEL PÉREZ

Jueves, 3 de septiembre 2020, 00:02

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Catorce personas, tres de ellas en rebeldía, se sientan desde ayer en el banquillo para responder por su complicidad con los tres yihadistas que entre el 7 y el 9 de enero de 2015 causaron 17 víctimas mortales en París en un ataque a la redacción del semanario 'Charlie Hebdo'. Doce personas murieron en este atentado, al que siguieron 48 horas de terror y furia en las que también murieron un policía y cuatro personas en un supermercado donde uno de los autores tomó rehenes. Los tres terroristas, Amédy Coulibaly y los hermanos Cherif y Saïd Kouachi, fueron finalmente abatidos a tiros por las fuerzas de seguridad.

Han pasado cinco años, pero parece no haber transcurrido ni uno solo. La revista satírica decidió ayer repetir en su portada las caricaturas de Mahoma que le convirtieron en objetivo de la yihad -en ellas se ve al profeta con una bomba sobre su cabeza o armado con un cuchillo- acompañadas de un titular crepuscular que invita a la reflexión: 'Y todo por esto'. Las críticas de trazo grueso no tardaron en aparecer.

La institución islámica sunita Al-Azha consideró la portada como «un acto criminal», Pakistán condenó la publicación y el Ministerio de Exteriores turco calificó de «injustificable esta falta de respeto y ofensa a los musulmanes». El Gobierno, además, bloqueó la edición en internet y rechazó vehementemente «los intentos de las autoridades francesas, en primer lugar del presidente, de encuadrar este asunto en la libertad de expresión».

Emmanuel Macron, horas antes y en medio de su gira oficial por Líbano e Irak, había declarado que los «dibujos no son un discurso del odio» y defendió que en Francia existe una «libertad de blasfemia ligada a la libertad de conciencia». «Se puede criticar a gobernantes, un presidente o blasfemar», concluyó.

Dicen que el primer golpe es el que más duele. El proceso judicial reabre una de las heridas más violentas sufridas por Francia en la reciente historia. El atentado hizo caer al país en el abismo de un ciclo de terror fanático que nueve meses después se cobró la vida con los ataques suicidas del 13 de noviembre. Varios yihadistas terminaron con la vida de 131 personas en París que disfrutaban de una noche de ocio en terrazas, restaurantes y la sala de conciertos Bataclan.

Amédy Coulibaly y los hermanos Kouachi ametrallaron la sede de 'Charlie Hebdo' al grito de «hemos vengado al profeta» y en su fuga dispararon también contra un policía. Al día siguiente, el primero de ellos mató a una agente municipal a las afueras de París y 24 horas más tarde se refugió en un supermercado kosher, donde asesinó a una empleada y tres clientes tras mantenerlos como rehenes. La Policía acabó con los tres terroristas ese mismo día: Coulibaly fue abatido en el comercio y los hermanos Kouachi en una imprenta en la que se habían atrincherado.

Un tribunal fortificado

Las medidas de seguridad fueron ayer máximas. No solo las sanitarias, que obligaron a los once acusados presentes a portar mascarillas. El Palacio de Justicia de la capital gala amaneció fortificado. A los imputados se les acusa de haber prestado apoyo logístico a los yihadistas, armas y dinero. Por estos cargos se enfrentan a penas que oscilan entre los diez años de prisión y la cadena perpetua. En este último caso figura Ali Riza Polat, que deberá responder por su presunta «complicidad en crímenes terroristas» al haber suministrado armas a los asesinos.

Faltan tres sospechosos, sobre los que pesa una orden de búsqueda y captura: Hayat Boumedienne, la viuda de Amédy Coulibaly, que supuestamente huyó a Siria, y los hermanos Mohamed y Mehdi Belhoucine. Su rastro hace tiempo que se perdió y se supone que han fallecido.

La primera de las 49 jornadas previstas de juicio se convirtió en un proceso al fanatismo. Desde el propio semanario, cuyos periodistas advirtieron que «nunca nos rendiremos» ante la violencia radical hasta su abogado, Richard Malkel, quien señaló que las víctimas de la masacre «murieron para que nosotros pudiéramos seguir siendo libres».

También Reporteros Sin Fronteras condenó la «intolerancia religiosa» y que ésta se plasme en «la forma más extrema de la censura, que es el asesinato». El Consejo Francés del Culto Musulmán, si bien solicitó «ignorar» las caricaturas de la revista, pidió a sus miembros pensar en las víctimas porque «nada puede justificar la violencia».

El tribunal escuchará a 94 abogados, 144 testigos y 14 expertos. La justicia gala lo considera un proceso histórico y ha autorizado a que sea el primero relativo a delitos de terrorismo que se grabe de manera íntegra. Sin embargo, sus imágenes no saldrán de la sala. Quedarán depositadas en un archivo y no se difundirán hasta dentro de 50 años.

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