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MIKEL AYESTARAN
JERUSALÉN.
Martes, 7 de mayo 2019, 00:15
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Después de 48 horas de extrema violencia, las armas callaron ayer en Gaza tras una tregua que entró en vigor de forma sorpresiva al amanecer. Veinticinco palestinos, doce de ellos civiles -entre ellos dos embarazadas y dos menores-, y cuatro israelíes son las últimas víctimas de la violencia cíclica instalada en la Franja. Los gazatíes despertaron con un cielo en silencio y vivieron un primer día de Ramadán marcado por los funerales multitudinarios de los últimos fallecidos. Hamás y Yihad Islámica clamaron victoria y sus portavoces aseguraron que el lanzamiento de casi 900 cohetes y morteros en apenas dos días lograron «desanimar» al enemigo y forzarle a cumplir los puntos del acuerdo de alto el fuego que negociaron hace ya un mes y que los israelíes nunca implementaron. Los palestinos aseguraron que esta vez Naciones Unidas, Egipto y Catar les dieron las garantías necesarias de que Israel cumplirá lo pactado.
El diario 'The Jerusalem Post' recogió algunos de los puntos del acuerdo y, citando fuentes palestinas, aseguró que las medidas van desde que el Ejército dejará de disparar a los manifestantes que toman parte cada viernes en la Gran Marcha del Retorno, en la que ya han muerto 270 personas en apenas un año, al aligeramiento del bloqueo con medidas como la ampliación de la zona de pesca y una mejora del suministro de electricidad y combustible.
Al otro lado de la verja de separación no se admitió de forma oficial el alto el fuego, pero el Ejército anunció a primera hora de la mañana el levantamiento de las restricciones en la zona sur del país, la más castigada por el lanzamiento de cohetes. Pese al cese de las hostilidades, Benjamín Netanyahu recalcó que «la campaña» en Gaza «no ha terminado» y adelantó que «requiere paciencia y sagacidad», antes de advertir que «estamos preparados para continuar», un mensaje que deja la puerta abierta para una posible nueva operación a gran escala, tal y como le exige parte de la sociedad y del espectro político con el que está negociando para formar Gobierno.
El primer ministro y titular de Defensa recibió las críticas del líder de la oposición y exjefe del Estado Mayor, Benjamín Gantz, que calificó lo ocurrido de «capitulación ante las demandas de los terroristas». Ahora Netanyahu deberá decidir entre cumplir el acuerdo o volver a dar largas a Hamás y arriesgarse a un nuevo estallido de violencia.
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