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Irak recupera el control total de la provincia de Nínive

MIKEL AYESTARAN CORRESPONSAL

JERUSALÉN.

Viernes, 1 de septiembre 2017, 00:50

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El primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, se dirigió a la nación para comunicar la victoria definitiva sobre el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Tal Afar. Este nuevo éxito militar supone la liberación completa de la provincia de Nínive, al norte del país y cuya capital es Mosul, que en los últimos tres años ha sido el auténtico bastión de los seguidores del califa, Abu Baker al-Bagdadi. «A los combatientes del Estado Islámico: allí donde estéis iremos a por vosotros y no tendréis más opción que rendiros o morir», advirtió el mandatario iraquí antes de anunciar que «prometemos a nuestro pueblo que seguiremos liberando cada centímetro de Irak». Las autoridades y mandos militares querían brindar esta victoria a sus ciudadanos de cara al inicio del Eid al-Adha, la fiesta musulmana del sacrificio, y lo han conseguido.

Tal Afar ha sido la batalla más rápida que han librado las fuerzas iraquíes en los últimos tres años. En apenas diez días han logrado expulsar a unos yihadistas que, a diferencia de Mosul donde lucharon hasta la muerte, parece que optaron por replegarse en esta ocasión. La ciudad cayó en manos iraquíes el fin de semana y las últimas 48 horas hubo combates en Al-Ayadiya, una pequeña ciudad ubicada a once kilómetros al norte. Esa ha sido toda la resistencia ofrecida por los seguidores del califa en un punto que ha sido cuna del radicalismo desde la invasión estadounidense de 2003. Situada a medio camino entre Mosul y la frontera siria, Tal Afar, que antes de esta guerra tenía 200.000 habitantes, era además un punto estratégico para la conexión entre las provincias siria e iraquí de un califato que está en las últimas.

Finalizada esta ofensiva, la presencia del EI en Irak se reduce a Hawija, a 300 kilómetros al norte de Bagdad, y Al-Qaim, Rawa y Anna, tres localidades en el desierto occidental, fronterizo con Siria. Esta zona desértica parece que será el foco de resistencia yihadista más difícil de sofocar ya que al otro lado de la frontera se encuentra Deir Ezzor, otra plaza fuerte para los seguidores del califa. A esta ciudad llegaron los cientos de combatientes que aceptaron ser evacuados esta semana desde Líbano tras el acuerdo con la milicia chií de Hezbolá.

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