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Juan Guaidó saluda a sus seguidores en un acto en el Estado de Zulia. :: Henry Chirinos / efe
Guaidó garantiza un proceso «civil y pacífico» para derrotar al chavismo en Venezuela

Guaidó garantiza un proceso «civil y pacífico» para derrotar al chavismo en Venezuela

Descarta la posibilidad de una intervención militar porque «el único» poder que podría autorizarla es la Asamblea Nacional que él dirige

DAGOBERTO ESCORCIA

BOGOTÁ.

Lunes, 15 de abril 2019, 00:30

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Juan Guaidó rechazó ayer la intervención militar en Venezuela para acabar con el régimen chavista de Nicolás Maduro. Lo hizo casi al mismo tiempo que Estados Unidos aumentaba la amenaza de explotar una de las opciones que, desde un principio, se decía estaban sobre la mesa para poner fin a la dictadura que vive el pueblo venezolano. Guaidó sigue apostando por la movilización y, en definitiva, cree, de forma ingenua quizás, que el hostigamiento de forma pacífica acabará doblegando a Maduro.

En una entrevista al diario argentino 'Clarín', Guaidó fue claro en su discurso de oposición a la intervención militar en su país. «Nosotros nunca hemos puesto la opción militar sobre la mesa. Hemos hablado de cooperación internacional. Es el régimen de Maduro el que lo ha hecho y es un escándalo», manifestó.

El 'presidente encargado' o interino de Venezuela entiende que «cuando Maduro va y habla con Bashar el-Asad y amenaza con convertir al país en otra Siria, y abre vuelos a los iraníes entre Teherán y Caracas», el líder chavista ya está preparándose para convertir a Venezuela en un escenario bélico.

Razones no le faltan a Guaidó para pensar en lo peor. El mismo sábado 13 de abril, en el que Guaidó visitaba el Estado de Zulia, uno de los que más sufre las inclemencias de la falta de luz eléctrica, Maduro aclamaba «la importancia de las cuadrillas de paz para resguardar la soberanía», al mismo tiempo que solicitaba a «su» Asamblea -la Nacional Constituyente- que reformara la Ley de la Fuerza Armada Nacional con la pretensión de dar rango constitucional a la milicia bolivariana (compuesta por civiles y exmilitares) con el fin de convertirla en un nuevo componente del cuerpo castrense.

Maduro hizo estas declaraciones durante la celebración del decimo séptimo aniversario del Rescate de la Dignidad Nacional y el décimo aniversario de la Milicia Bolivariana. Un acto que congregó en la capital venezolana, Caracas, a miles de milicianos uniformados.

La opción de Juan Guaidó pasa por otra idea, según señaló en 'Clarín': «Van tres meses en los que hemos avanzado muchísimo para acorralar y poner contra las cuerdas a Maduro, pero no olviden que llevamos años luchando contra el régimen chavista». Sostiene Guaidó que el único que puede autorizar una intervención militar es «su» Parlamento -la Asamblea Nacional- de la que él es presidente y a la que el Gobierno chavista no reconoce.

La Operación Libertad de Guaidó tuvo un nuevo apoyo el sábado en Maracaibo, capital del Estado de Zulia, donde el nuevo líder de la política venezolana se subió a una tarima improvisada para ser visto por una multitud que lo aclamó constantemente: «Vine a devolverles lo que alguna vez me enseñaron en esta tierra: ese espíritu de lucha y superación que tanto me sirvió cuando lo perdí todo. Por eso, me atrevo a convocarlos a que sigamos juntos en las calles hasta lograr nuestra libertad», dijo Guaidó, que tuvo palabras para la mujer zuliana: «Es la primera en asumir los costos de ser un pueblo al que no le perdonan su rebeldía y su aplomo».

Otros aires lleva la gira del secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, por cuatro países latinoamericanos cuya influencia quiere asegurar en la defensa que la Casa Blanca hace de Venezuela y que, precisamente, no descarta una posible intervención militar. Pompeo quiso que el acto final de este viaje por Chile, Paraguay, Perú y Colombia -países que han manifestado abiertamente su apoyo a Juan Guaidó- se celebrara en Cúcuta, y en concreto en el puente Simón Bolívar, fronterizo con Venezuela.

La visita de Pompeo fue rápidamente comentada por el canciller de la República de Venezuela, el chavista Jorge Arreaza, quien acusó de «entreguismo» a los gobiernos de Chile, Paraguay y Perú.

El Domingo de Ramos fue otro día de peregrinación para muchos emigrantes venezolanos, que cruzaban la frontera hacia Colombia buscando lo que no tienen en su país: agua, luz, comida, medicinas y trabajo. En su país, el presidente Nicolás Maduro declaraba no laborables el lunes 15, martes 16 y miércoles 17 para alargar las vacaciones de Semana Santa y «aliviar» la demanda eléctrica tras los últimos apagones.

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