Borrar
Alexéi Navalni, en una imagen de archivo.

El opositor ruso Alexéi Navalni, premio Sájarov del Parlamento Europeo

Supera en la carrera por el galardón a un colectivo de mujeres afganas y a la expresidenta boliviana Jeanine Áñez

rafael m. Mañueco

Corresponsal. Moscú

Miércoles, 20 de octubre 2021, 15:00

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Alexéi Navalni, de 45 años de edad, galardonado este miércoles con el Premio Sájarov, es abogado, pero empezó a darse a conocer en 2008 como activista anticorrupción a través de su blog. Más adelante crearía su principal plataforma para llevar a cabo su cruzada contra la podredumbre en las altas esferas, la Fundación para la Lucha contra la Corrupción (FBK en sus siglas en ruso), organización ahora fuera de la ley y catalogada por la Justicia rusa como «extremista».

Navalni adquirió mucha popularidad en diciembre de 2011, cuando encabezó las mayores movilizaciones vistas en Rusia desde los años 90 para denunciar el fraude electoral perpetrado en las elecciones legislativas que dieron entonces la victoria al partido del Kremlin, «Rusia Unida». El presidente Vladímir Putin nunca ha pronunciado su nombre hasta ahora. Se refiere al él como «ciudadano» cuando tiene que responder a preguntas de periodistas.

No evitó, sin embargo, con sus movilizaciones que Putin fuera reelegido al frente del país en marzo de 2012. Sin embargo, el principal adversario político del Kremlin sí logró obtener el segundo puesto, con más del 27,5% de los votos, en los comicios a alcalde de Moscú de septiembre de 2013. Fue el mejor resultado conseguido por un político extraparlamentario desde que Putin llegó al poder.

Su éxito puso en guardia al Kremlin y, en febrero de 2018 fue inhabilitado para ocupar cargos públicos por delitos que él siempre consideró «fabricados» o amañados. El objetivo de tal medida era impedir que pudiera presentarse a las presidenciales de marzo de ese mismo año, que volvió a ganar Putin. Así lo determinó la Comisión Electoral Central y se quedó fuera de la carrera por la Presidencia.

Pero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) falló en su favor, considerando todas las condenas de cárcel que le fueron impuestas hasta ese momento «motivadas por razones políticas». El Consejo de Europa exigió además a Rusia, aunque sin ningún resultado, que permitiera a Navalni enfrentarse a Putin en las elecciones, razón por la que las autoridades rusas fueron acusadas de violar derechos fundamentales.

Las críticas que llegaban desde el exterior por el acoso a Navalni y al conjunto de la oposición, no detuvieron al Kremlin. Muy al contrario, el principal disidente de Rusia fue condenado contantemente a penas de prisión, la mayor parte por convocar manifestaciones.

Navalni, mediante investigaciones llevadas a cabo por el FBK, desenmascaró corruptelas e irregularidades perpetradas por destacados miembros de la élite rusa, incluido el propio jefe del Kremlin. Blanco de los reveladores y descarnados vídeos difundidos por Navalni a través de Youtube, fueron personajes como el antiguo primer ministro, Dmitri Medvédev, el presidente de la Duma (Cámara Baja) Viacheslav Volodin, el que fue fiscal general, Yuri Chaika, muchos ministros, gobernadores regionales y el jefe de la Guardia Nacional (Rosgvardia), el general Vladímir Zólotov. También oligarcas como Alisher Usmánov, Ígor Sechin, director de Rosneft, y Evgueni Prigozhin, conocido como el «cocinero de Putin», dueño de una compañía de paramilitares y a quien se le atribuye la creación de un centro para la divulgación de bulos y lanzamiento de ciberataques. El FBK desveló también que Putin se hizo construir un gran palacio en la costa del mar Negro.

Durante el verano de 2019, Navalni encabezó multitudinarias protestas por el veto de candidatos, no sólo él, sino muchos otros de fuerzas opositoras, a los comicios regionales y municipales que se celebraron en septiembre. Pidió votar a cualquier formación que no fuera el partido de Putin, Rusia Unida, en lo que llamó «voto inteligente», logrando el retroceso del partido oficialista en Moscú y en algunas regiones del país. El Kremlin respondió desatando una campaña de registros en sus sedes y en los domicilios de sus colaboradores.

En agosto de 2020, Navalni fue envenenado con la sustancia de uso militar «Novichok», la misma empleada contra el exespía Serguéi Skripal y su hija en Salisbury en 2018, mientras hacía campaña en Tomsk (Siberia) a favor de candidatos opositores para una nueva tanda de comicios locales. Estuvo en coma varias semanas y fue acogido por la Clínica Charité de Berlín para su curación.

Estando todavía convaleciente en Alemania, en diciembre del año pasado, el Comité de Instrucción de Rusia (SK en sus siglas en ruso) inició contra él una nueva causa penal por un presunto delito de «fraude», acusación que Navalni también tachó de «amañada». A su regreso a Rusia, el pasado 17 de enero de este año, el líder opositor fue detenido nada más poner el pie en el aeropuerto. Él y su hermano fueron reconocidos culpables en 2014 de «estafa y blanqueo de capitales» en un caso relacionado con la firma francesa Yves Rocher. Fueron condenados a tres años y medio de cárcel.

Aquella pena quedó en suspenso, pero, el pasado mes de febrero el tribunal Símonovski de Moscú decidió levantar la suspensión y enviar a Navalni a una colonia penitenciaria. Navalni fue condenado también este año a pagar un multa de 850.000 rublos (unos 10.000 euros) por difamación« contra un veterano de la II Guerra Mundial de 94 años, al que recriminó por participar en un anuncio en apoyo de las reformas constitucional que Putin promovió el año pasado para continuar dos mandatos más al frente de Rusia.

El FBK fue disuelto en junio y considerado organización «extremista». A Navalni se le ha aplicado en la cárcel el protocolo de alerta para «terroristas». El último episodio de esta larga cadena de persecución, se produjo en septiembre, cuando el SK anunció la apertura de otro caso penal contra él. Se le acusa ahora de dirigir una «organización extremista cuyo objetivo consiste en desacreditar a las autoridades del Estado y sus políticas (…) y promover un traspaso de poder por la vía violenta».

Además de Navalni, están acusados en el mismo dossier sus principales colaboradores: Leonid Volkov, Iván Zhkdánov, Liubov Sóbol, Gueorgui Albúrov, todos ellos actualmente en el exilio, y otros miembros del equipo del líder opositor. Él cumple en la actualidad una condena de dos años y cinco meses de prisión. Si se prueba la culpabilidad de los implicados en actividades «extremistas», las penas podrían alcanzar los 10 años de cárcel.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios