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ANDER AZPIROZ
Sábado, 4 de mayo 2019, 00:03
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madrid. El Gobierno no ha digerido nada bien que Leopoldo López llamara la noche del jueves a la sublevación de las Fuerzas Armadas venezolanas, e incluso, se abriera a una intervención militar extranjera, desde la residencia del embajador de España en Caracas, donde se encuentra refugiado desde el pasado martes. La respuesta del Ejecutivo fue inmediata. Ayer, Josep Borrell anunció desde Líbano, donde se encuentra de visita oficial, que «se limitará la actividad política» del líder opositor venezolano mientras permanezca como «huésped» en el domicilio diplomático.
Según explicó el ministro de Exteriores en funciones, «López tuvo un encuentro con la prensa, pero a partir de ahora esto se va regular con las medidas oportunas». «España no va a permitir que su Embajada se convierta en un centro de activismo político», añadió.
El Ejecutivo reconoce a Juan Guaidó como 'presidente encargado', un paso que han dado medio centenar de países, pero también mantiene que de ningún modo apoyará el uso de la violencia para derrocar a Nicolás Maduro. Esta postura choca frontalmente con las declaraciones que realizó el líder opositor en la residencia del embajador, desde donde avanzó que en un futuro próximo habrá más movimientos militares o justificó que la Constitución venezolana prevé al posibilidad de una intervención militar extranjera.
«Espero que no tengamos que llegar a ese punto (una intervención militar internacional), como ha dicho el presidente Guaidó, pero no lo descartamos, porque es constitucional y porque no podemos descartar ninguna herramienta de lucha porque la libertad es la condición para todo lo demás», señaló también López en una entrevista a Efe difundida ayer.
El propio Guaidó se encargó poco después de rebajar las tensiones al admitir que en las legaciones diplomáticas «hay reglas, normas, así que evidentemente hay que respetarlas y ser además cortés». El 'presidente encargado' de Venezuela agradeció al Gobierno de España el haber acogido a Leopoldo López. «El agradecimiento, por supuesto, porque es un gesto no solamente diplomático sino de humanidad. Sabemos lo que es la cárcel política» en el país caribeño, dijo el opositor.
Pese al malestar creado por las declaraciones de López, España ha dejado claro que no piensa entregar al político venezolano, quien el pasado martes escapó del arresto domiciliario al que estaba confinado tras recibir «un indulto presidencial» del autoproclamado Guaidó. La noche del pasado jueves, la justicia del país latinoamericano dictó una orden de detención contra López, al que ahora protege la inviolabilidad de la residencia del embajador que establece el derecho internacional a través de la Convención de Viena. «Tenemos la confianza de que Venezuela va a respetar la inmunidad diplomática del territorio de la Embajada española», ha destacado el ministro de Exteriores.
Borrell recordó que López no ha pedido el asilo, al que tienen derecho los perseguidos por motivos políticos. No obstante, tampoco podría acceder a este estatus porque debe solicitarse en territorio español, y las legaciones, aunque inviolables, no lo son. En cualquier caso, el jefe de la diplomacia española ha sido tajante: «No se va a entregar a Leopoldo López».
días cumple hoy el opositor Leopoldo López en la residencia del embajador español en Caracas, Jesús Silva.
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