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La niña April Tinsley EFE
El ADN permite resolver treinta años después el asesinato de la pequeña April Tinsley

El ADN permite resolver treinta años después el asesinato de la pequeña April Tinsley

El caso supuso un rompecabezas para la policía de Indiana, Estados Unidos, durante décadas

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Martes, 17 de julio 2018, 18:52

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El caso supuso un rompecabezas para la policía de Indiana, Estados Unidos, durante décadas. En 1988, la niña April Tinsley, de 8 años, fue violada y asesinada tras ser raptada cuando iba a casa de un amigo. El responsable del horrible crimen logró eludir su condena durante años, pero los avances en ADN permitieron encontrarle el pasado domingo y ponerle entre rejas, según ha informado la CNN.

El caso de Tinsley fue especialmente doloroso, no solo por las circunstancias del asesinato, sino por el mensaje que el asesino dejó más tarde en el lugar donde el cuerpo de la niña fue encontrado: «Yo maté a la niña de 8 años April Tinsley y volveré a matar de nuevo», escribió el responsable. Gracias a los restos de ADN, que quedaron en el lugar de los hechos y en el lugar donde escribió ese texto, la policía ha encontrado al culpable, según detalla el periódico ABC.

Los agentes introdujeron el ADN en una base de datos genealógica, encontrando, como explica CNN, dos coincidencias: la de John D. Miller, el culpable, y la de su hermano. Miller, de 59 años, ha reconocido ser el autor del asesinato. Encontrar al criminal ha supuesto un auténtico éxito para los agentes, que catorce años después de la muerte de April tuvieron que soportar que Miller, todavía libre y protegido por el anonimato, dejase más notas amenazantes a varias jóvenes que vivían en el lugar de su primer crimen.

Más casos resueltos

Antes de encontrar al culpable del asesinato de Tinsley, los avances en el uso de ADN permitieron resolver el misterio de la agresión sexual seguida del asesinato de una adolescente estadounidense en 1986. Un hombre de 66 años, Gary Hartman, fue arrestado y encarcelado como responsable.

El 26 de marzo de 1986, Michella Welch, de 12 años, desapareció mientras jugaba con sus dos hermanas pequeñas en un parque público de la ciudad. Un perro policía encontró por la tarde su cuerpo en un barranco. La investigación quedó atascada y el expediente se convirtió en un «caso frío», es decir, un caso no resuelto.

Sin embargo, los avances en la tecnología del ADN permitieron reabrir la investigación en dos etapas. Primero, en 2006, la policía científica logró reconstituir una huella dactilar de ADN basada en elementos recolectados en la escena del crimen. Pero no reveló ninguna correspondencia con archivos conocidos de delincuentes fichados en los Estados Unidos. Ahora, doce años más tarde, la técnica de genealogía genética, que usa bases de datos y archivos genealógicos, incluidas las de las personas que han buscado conocer su ascendencia, permitieron poner punto y final al caso.

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