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Joe Biden hizo campaña en Pensilvania. AFP
Biden busca el voto obrero y Trump el militar

Biden busca el voto obrero y Trump el militar

El demócrata dedica el Día del Trabajo a seducir sindicatos, y el presidente pregona como respuesta que los soldados le adoran

caroline conejero

Corresponsal. Nueva York

Lunes, 7 de septiembre 2020, 23:29

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El Día del Trabajo, que marca el inicio oficial de la temporada de otoño en EE UU, se celebra el primer fin de semana de septiembre, el último puente del verano que los norteamericanos aprovechan al máximo con barbacoas y escapadas fuera de la ciudad. La decisión de ubicarlo ahí en lugar de en mayo, como en el resto del mundo, obedece a la intención del Gobierno estadounidense de desvincularlo del Día Internacional del Trabajo, y con ello de su carácter político y sindical de izquierdas.

El Día del Trabajo, inspirado en los acontecimientos en Haymarket Square de Chicago en mayo de 1886, reconoce a las víctimas del atentado con bomba en una manifestación de obreros que reivindicaban la jornada laboral de ocho horas. Aun así, fomentó un fuerte antiizquierdismo en el país y el presidente Grover Cleveland prefirió septiembre, fecha que oficialmente quedó instaurada a partir de 1894.

Este año el día festivo mantuvo a los equipos electorales trabajando al pie del cañón en varios Estados que serán campo de batalla en noviembre. El vicepresidente, Mike Pence, y la candidata demócrata a ese cargo, la senadora Kamala Harris, se encontraban en extremos opuestos de Wisconsin, un territorio cada vez más esencial para las urnas. Un territorio que notoriamente Hillary Clinton no visitó en toda la campaña en 2016 y que fue a parar a manos de Trump.

LA CLAVE:

  • Territorio en disputa. Harris patea Wisconsin, un Estado que Hillary Clinton despreció y que resultó clave en 2016

  • Alto desempleo. La Casa Blanca reivindica un buen estado de la economía que los datos se empeñan en negar

Harris tuvo este lunes un encuentro con la familia de Jacob Blake, el joven negro al que la Policía disparó siete veces por la espalda en Kenosha, con quien habló por teléfono. Más tarde, tenía programado reunirse con los trabajadores del sindicato IBEW y varios dueños de negocios afroamericanos en Milwaukee, mientras que Pence visitó una instalación de energía en La Crosse.

Por su parte, y desde la Casa Blanca, Donald Trump reivindicó el buen estado de la economía gracias a su gestión, una cuestionable versión con poca solvencia más allá de su campaña. Además, insistió en que, aunque no tenga la mejor reputación en el Pentágono, los soldados le «adoran» a pesar de las numerosas instancias en las que el comandante en jefe del Ejército se ha referido a ellos de forma denigrante.

Respaldo de los sindicatos

Mientras, el candidato demócrata, Joe Biden, hizo campaña en Pensilvania para recibir el respaldo conjunto de tres importantes agrupaciones sindicales que representan a cientos de miles de trabajadores: el Sindicato Internacional de Trabajadores de América del Norte, el Sindicato Internacional de Constructores de Ascensores y la Federación Nacional de Empleados Federales, un apoyo laboral que podría granjearle el voto en Estados como Wisconsin y Pensilvania.

Con las elecciones más cruciales de la historia moderna del país a menos de dos meses, y marcadas por una incertidumbre sin precedentes, el escenario político de 2020 aparece más nublado que nunca. Factores como la crisis de la pandemia con rebrotes en muchos Estados, indicadores económicos dispares, injusticia racial y la violencia extremista en las calles o incluso los resultados contradictorios de las encuestas electorales, además de un presidente en una guerra asimétrica dispuesto a hacer casi todo para retener el poder, solo pronostican que el viento podría soplar por cualquier sitio.

Tras ciertas señales de recuperación en la primavera, la economía -que algunos ven en estado de 'coma inducido' más que en recesión- muestra disparidad, con sectores que se mantienen fuertes en contraste con una cierta desaceleración en el mercado laboral que en agosto generó menos empleos de los esperado (1,4 millones, con una tasa de paro del 8,4%). Y es que los nuevos rebrotes de la pandemia han frenado los planes de reapertura en algunas ciudades y Estados situando el efecto en el comportamiento del consumidor en el limbo.

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