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MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO
LA HABANA.
Lunes, 10 de septiembre 2018, 00:17
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El Gobierno de Venezuela y el presidente boliviano Evo Morales denunciaron los planes de intervención y el apoyo a conspiraciones militares de la actual administración de EE UU para derrocar a Nicolás Maduro. Ambos países argumentan como base de su acusación un extenso artículo publicado el sábado en 'The New York Times' ('NYT') titulado «El Gobierno de Trump discutió un posible golpe de Estado con militares rebeldes en Venezuela».
El periódico indica que diplomáticos estadounidenses y un excomandante venezolano -no identificado- conversaron en al menos tres ocasiones sobre la posibilidad de que Washington les ayudara con un sistema de comunicación no rastreable por los servicios venezolanos para organizar un ataque simultáneo contra toda la cúpula chavista. Según el exalto mando venezolano, cuando realizaron la primera reunión -en otoño pasado- eran entre 300 y 400 los dispuestos a actuar contra la cúpula 'rojita', aunque admite que ya sólo serían 150, pues el resto ha sido detenido o depurado.
«Denunciamos ante el mundo los planes de intervención y apoyo a conspiraciones militares del Gobierno de Estados Unidos contra Venezuela. En los propios medios estadounidenses salen a la luz nuevas y groseras evidencias», escribió en un tuit con enlace a la versión en español del texto completo el ministro venezolano de Exteriores, Jorge Arreaza. Por su parte, Evo Morales calificó las reuniones clandestinas de «conspiración golpista de Trump» y anticipó en Twitter que los «pueblos libres de Latinoamérica resistirán y derrotarán cualquier nuevo atentado del imperio contra la paz y democracia de la Patria Grande».
Pese a las reuniones mantenidas por ambas partes, el apoyo estadounidense no llegó. Una de las razones que señala el rotativo para explicar el fracaso de las negociaciones es que el emisario de los rebeldes está incluido en la lista de los funcionarios sancionados por EE UU por «delitos graves, entre ellos torturar a los opositores del régimen, encarcelar a cientos de prisioneros políticos, herir a miles de civiles, traficar con drogas y colaborar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)».
La Casa Blanca, que no respondió a las preguntas de los periodistas, se limitó a difundir un comunicado afirmando que Washington está dispuesto a establecer un «diálogo con todos los venezolanos que demuestren un deseo de democracia para traer un cambio positivo a un país que ha sufrido». Una declaración políticamente correcta que choca con afirmaciones de Trump, como que «no descartaba la opción militar» para Venezuela.
Al parecer, fue este presumible apoyo del presidente estadounidense el que envalentonó a los disidentes venezolanos, que habrían planeado en este último año tres atentados fallidos. El último fue el supuesto ataque con drones.
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