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Martes, 11 de septiembre 2018, 00:01
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El Gobierno de Viktor Orban criticó ayer con dureza al Parlamento Europeo. «Lo que está haciendo es burlarse del Estado de Derecho», espetó el portavoz del primer ministro, Zoltan Kovacs, en una rueda de prensa en Bruselas. Kovacs confirmó que el jefe del Gobierno húngaron asistirá hoy al debate para presentar su propia versión de la situación de los derechos humanos en su país. Según fuentes de la Eurocámara, Orban solicitó acudir a la sesión y por ello se le concederán unos minutos de intervención, aunque después no dispondrá de derecho a réplica.
«Es una caza de brujas», lamentó el portavoz, para quien el informe que sustenta las acusaciones contra el Gobierno húngaro es el resultado de los esfuerzos de los grupos de izquierda y liberales para frentar las posiciones que defiende Budapest en inmigración. Orban ofrecerá un discurso «franco y honesto» con el que espera desbaratar «el intento de los liberales de crear un tribunal para juzgar a Hungría». La votación en la Eurocámara, advirtió Kovacs, «es muy peligrosa» porque, a su entender, «divide Europa en dos grupos».
Budapest sostiene que el informe de la eurodiputada Judith Sargentini es un cúmulo de «mentiras», «datos erróneos» o «alude a asuntos ya cerrados». En su redacción ve, además, «una motivación política». El documento, según el ministro de Exteriores, Péter Szijjárto, «es un ataque indigno a Hungría».
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